Liga Profesional

Un análisis repetido

En Tigre las historias parecen repetirse y es que de mitad para arriba sigue siendo un equipo y de mitad para atrás corren otras historias. No pasó esto recién en el encuentro frente a Boca, sino que viene pasando en todo el torneo, y por qué no decirlo, también desde el pasado campeonato.

Tanto en nombres, en la seguridad que transmiten, incluso en las lesiones, parecería que la mitad defensiva del equipo no logra llevar el ritmo de la mitad ofensiva.

Tigre comenzó el encuentro demostrando que Pedro Troglio transmitió una estrategia que podía ser la clave para quedarse con los 3 puntos: presionar, presionar, presionar, robar y encarar (la parte que más fácil le sale a Rincón, Morales y Janson… Ahí no hay que dar muchas indicaciones) y ¡definir! Y parecería que en el primer tiempo el equipo supo escuchar y rápido llegó el primero. ¿Cómo? Presionando, robando, encarando y definiendo. Así hizo cachete Morales. Todos esperaban este momento, el partido en el que el arco se abra para el enganche matador, aquel que tantas alegrías supo darle al equipo de Victoria.

En el segundo tiempo, como en la mayoría de los segundos tiempos de Tigre, la historia fue otra. Cambió el presionar por meterse atrás. Cambió el encarar por frenar. Cambió el robar por despejar. Cambió el definir por… el empate. Y esta es la misma historia que se ha repetido en todos los partidos.

Cuestionado fue en la cancha el cambio del ingreso de Paulo Lima por Rincón. ¿Por qué? En primer lugar, porque quitar a un delantero e ingresar a un defensor que no se asienta en el equipo, es meterse atrás intencionalmente y de una manera peligrosa, porque la dupla Echeverría – Lima, da ventajas en todos los partidos. Se entiende por su lado, dado que Rincón estaba desperdiciando demasiadas ocasiones claras de gol. Pero Alexis Castro, Itabel y Mierez estaban en el banco.

Foto: Tigre oficial (https://www.facebook.com/catigreoficial)
Foto: Tigre oficial (https://www.facebook.com/catigreoficial)

De todas maneras, no se culpa a Troglio, quien está sabiendo aprovechar las fortalezas de este equipo. Sí le falta saber suplir las debilidades, fundamentalmente en esos nombres propios. Pero también hay que saber entender que Blengio está lesionado, que llegó para suplirlo Óliver Benitez y que ya lleva un mes fuera por lesión. Que Izaguirre se fue a préstamo (¡Y no juega! ¿No se pensará en repatriarlo?) y que, por la izquierda, llegó Urribarri para pelear el puesto con Papa y han estado ambos lesionados varios partidos -y Papa lo sigue estando-; que Javi García también se ha lesionado y él es pieza clave de este equipo y que su reemplazante, Ibáñez, también se lesionó. Entonces, resumiendo, de mitad para atrás lo más flojo, pero también las lesiones no ayudan a Troglio.

Todo parece indicar que un triunfo traerá más triunfos, que las recuperaciones físicas vendrán de la mano de las psicológicas; y que Tigre tiene todo para prosperar, falta saber dar en firme ese primer paso. Pero el torneo es largo, muy largo, y esta historia recién comienza.

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