Francia Ligue 1

Trophee Des Champions: Apareció Di María y PSG gritó campeón

Un magnífico tiro libre del rosarino le dio a los capitalinos su séptima corona consecutiva, para iniciar la temporada con un título.

El fútbol de los campeones del mundo inició una nueva aventura en tierras lejanas. Es que la temporada 2019-20 quedó oficialmente inaugurada con la disputa del “Trophee Des Champions” (o la Supercopa de Francia), que enfrenta al ganador de la Ligue1 con el vencedor de la Coupe de France.

Por segundo año en fila, el Shenzhen Universiade Sports Centre de la homónima ciudad china fue el escenario del duelo entre París Saint Germain y Rennes, que terminó con triunfo de los parisinos por 2-1.

El conjunto que dirige el alemán Thomas Tuchel volvió a presentarse con la pesada mochila europea, esa suerte de presión constante por no trascender más allá de las fronteras la clara hegemonía en el medio local.

Por su parte, los bretones habían celebrado un título doméstico luego de 48 años y querían dar la nota ante el claro favorito.

Y no le fue mal al equipo comandado por Julien Stephan porque jugó un primer tiempo muy inteligente y no dejó que los parisinos desplegasen el fútbol que suelen mostrar.

Una línea de 5 con un Benjamin Bourigeaud – volante central natural – como rueda de auxilio de la defensa y un mediocampo combativo con la misión de recuperar la pelota y jugarla rápido hacia sus 2 puntas: Adrien Hunou y Flavien Tait.

Tuchel apostó a los debuts oficiales de Abdou Diallo, Ander Herrera y Pablo Sarabia. Relegados al banco quedaron Leandro Paredes y Ángel Di María.

La primera llegada a fondo vino a los 12´, gracias a un balón detenido. Un tiro libre en forma de centro ejecutado desde la izquierda por Pablo Sarabia fue cabeceado por Thilo Kehrer, pero la pelota se estrelló en el travesaño.

Ese golpe de suerte animó a Rennes, que 1 minuto más tarde se encontró con el primer gol del encuentro. Bouregeaud desde la derecha mandó un envío que apenas fue rozado por Adrien Hunou, para sorpresa del arquero Areola y de un Kehrer que perdió la marca.

PSG acusó el impacto y no pudo generar juego. Apenas algún que otro arresto individual de Mbappé y nada más. La desventaja en el marcador no fue la excusa: el multicampeón galo no tuvo ideas desde el minuto inicial para vulnerar a un adversario que plantó la bandera defensiva y se ciñó a su objetivo.

Hubo 2 remates de larga distancia como método para inquietar. Primero Pablo Sarabia y luego Marco Verrati, pero en ambos casos Tomas Koubek mostró solvencia para conjurar el peligro.

Una bola profunda para Sarabia exigió al arquero checo Koubek a una buena respuesta. Y sobre el final del primer capítulo, una desatención defensiva casi es aprovechada por Edinson Cavani, quien se anticipó a Koubek pero con poco ángulo mandó la redonda del lado incorrecto de la red.

Sin embargo, en el complemento todo cambió. Quizás el cansancio hizo mella y Stephan tuvo que alterar sus planes, pero lo que tan buen resultado le había dado en la etapa inicial, en menos de 15 minutos de vino abajo.

A la cancha Sacha Boey por Hunou para jugar por el carril derecho. Bourigeaud al centro del campo y Lea Siliki como media punta para enlazar con el solitario Flavien Tait. Salvo alguna lesión o problema físico, equipo que gana no se toca, estimado Julien.

Tuchel se puso el traje del druida Panorámix (sí, el de la añorada historieta “Asterix”) y pareció darle a sus dirigidos esa poción que otorga una fuerza sobrehumana. Actitud diferente de un equipo sin alma, que de repente se pareció mucho más al que suele obligar a los demás equipos franceses a jugar por el segundo puesto.

A los 57´, una perfecta triangulación hizo fácil lo difícil. De Marquinhos para Sarabia en la derecha y un toque al medio para la llegada limpia de Kylian Mbappé, quien empardó el marcador con un pase a la red.

El propio Sarabia casi consigue el suyo al llevarse puesta una pelota de Juan Bernat con destino a Cavani, pero el uruguayo no pudo conectar. El español se vio con la bola encima y la mandó increíblemente por encima del horizontal.

A la hora de partido, Tuchel se inclinó por Ángel Di María para ganar en desbordes y el rosarino no lo defraudó. Minuto 73 y Angelito ejecutó un precioso tiro libre en posición de número 8, que viajó por arriba de la barrera y dejó como estatua al portero Koubek. Golazo de Di María para acomodar las cosas.

Luego Mbappé casi lo liquida en la izquierda, cuando desparramó a 2 rivales y se decidió por un disparo que resultó débil, mientras Edinson Cavani esperaba el pase para sacudir la red bretona. Más cerca el PSG del tercero que Rennes del heroico empate, aunque en los minutos finales hubo algo de suspenso con algunos centros sobre el área parisina.

París Saint Germain se quedó con la novena Supercopa de Francia – séptima al hilo – y ya plantó la semilla de lo que promete ser otra temporada a puro dominio local. Por supuesto que las ilusiones están puestas en Europa, pero nunca viene mal la cosecha doméstica.

China volvió a disfrutar de ese perfume francés propio de alguna novela de Marguerite Duras. Esta vez el amante fue un Ángel y la pasión por el fútbol fue aún más lejos que cualquier frontera.

Síntesis:

PSG (2): Areola; Meunier (Thiago Silva), Kehrer, Diallo y Bernat; Herrera (Di María), Marquinhos (Paredes), Verrati y Sarabia; Mbappé y Cavani. DT: Thomas Tuchel.

Rennes (1): Koubek; Bourigead (Gboho), Da Silva, Gelin, Morel y Maouassa; Lea Siliki (Del Castillo), Grenier y Camavinga; Hunou (Boey) y Tait. DT: Julien Stephan.

Árbitro: Benoit Bastien.

(Foto: Hinchas del Balón Twitter)

(Foto Principal: Ariel Bozas Twitter)

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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