Copa Libertadores River Plate

Triunfo Monumental, habría desempate

SÚPERFINAL
Informe especial

En 1966 River Plate accedió por primera vez a las instancias decisivas de Copa Libertadores. Tras caer en el primer cotejo en Uruguay, el partido de vuelta se jugó en el Estadio Antonio Vespucio Liberti, hogar del equipo “millonario”.

EMPATE. Onega igualaba el marcador. (Estadio Uno – Museo River)

En su debut como finalista del máximo certamen a nivel continental, el Club Atlético River Plate se jugó el ansiado trofeo frente a uno de los que, por aquella época, era de los más grandes y fuertes equipos de toda Sudamérica: Peñarol de Montevideo.
En el partido de ida, el elenco uruguayo se había impuesto por 2 a 0. Los goles del “charrúa” fueron de Julio César Abbadie y Juan Joya a los 30 y 40 minutos del complemento, respectivamente.

La derrota sufrida en el Estadio Centenario de la capital uruguaya, obligaba a River a ganar en el “Monumental” y así forzar un tercer juego. En esta etapa de la Copa Libertadores, no se conmutaban de manera diferenciada los goles de visitante, por lo tanto, el objetivo era simplemente quedarse con el cotejo y buscar alzarse con el trofeo en el encuentro definitivo que se jugaría en cancha neutral. Pero, como se menciona anteriormente, para llegar a esa tercera batalla, primero había que hacerse fuerte en casa.

Aquel miércoles 18 de mayo de 1966, el “Estadio Antonio Vespucio Liberti”, tuvo alrededor de 60.000 espectadores. El árbitro del encuentro fue José María Codesal, uruguayo.
El entrenador de River, Renato Cesarini, sacó a la cancha un equipo esquematizado con un 4-3-3: en el arco estaba Amadeo Carrizo; la defensa se armó con Alberto Sainz, Juan Carlos Guzmán, Roberto Matosas y Abel Vieytez. En el mediocampo hubo una línea de tres conrformada por Juan Carlos Sarnari, Jorge Solari y Ermindo Onega, mientras que Luis Cubilla, Daniel Onega y Oscar Más eran los atacantes.

Peñarol formó con un 4-2-4: en el arco Ladislao Mazurkiewicz; Pablo Forlán, Juan Lezcano, Nelson Díaz y Omar Caetano eran los defensores. El doble “5” uruguayo contaba con Néstor Gonçalves y Julio César Abbadie; y para la delantera, el entrenador charrúa Roque Gastón Máspoli, afiló a Julio César Cortés, Alberto Spencer, Pedro Rocha y Juan Joya.

El resultado final fue de 3 a 2 a favor de los locales. Peñarol se puso en ventaja a los 32 del primer tiempo a través de Pedro Rocha, pero seis minutos más tarde, Ermindo Onega igualó el marcador. En el complemento, a los cinco de juego, nuevamente la visita iba a sacar diferencias por medio de Alberto Spencer y otra vez, 120 segundos después, Juan Carlos Sarnari emparejaría el tanteador. Sería Ermindo Onega quien se vestiría de héroe concretando un doblete: a los 28 marcaría el tercer gol de River y de esta forma “el millonario” forzaba a una definición en suelo neutral. El escenario elegido fue el Estadio Nacional de Santiago de Chile.

¿Qué pasó en ese partido? Los detalles y mucho más, en el próximo y último informe especial de El Rincón del Fútbol.

(Estadio Uno – Museo River)

FOTO DESTACADA: “Plantel de River 1966”
Pura Historia Futbolera
FOTOS:
Estadio Uno
Museo River

Maru Burak

Nací un lluvioso lunes 12 de julio de 1982 y según mi DNI me llamo María Clarisa Burak, pero soy simplemente Maru. En 2005 dejé mi natal Provincia de Buenos Aires y me vine a Córdoba, donde resido desde entonces.
Por hobbie hago música, canto e intento bailar, pero mi vocación es, fue y siempre será el periodismo.
Me sumé a "El Rincón del Fútbol" en febrero de 2017 y espero mantenerme acá mucho, pero mucho tiempo: no es usual encontrarse a una manga de loquitos igual de fanáticos que yo. Aunque todos los deportes me atraen, el fútbol tiene ese no se qué, ese encanto que me aprisiona.
En El Rincón cubro "Le Championnat", es decir la Liga de Primera División de Francia y a la Selección Argentina, tanto en masculino como en femenino. También me sumo al grupo de Champions y Europa League, porque Schiavi no puede solo con todo...

Deseo que el futuro me encuentre dedicada a mi vocación y que pueda desarrollarla con criterio y profesionalismo.
Soy MESSIsta, BANINIsta, fan de Aldana Cometti, soñadora e ideologista, del deporte y de la vida.
Sólo resta decir... ¡Pero qué viva el fútbol!

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