Lukaku y Lautaro estuvieron en sintonía y el “Nerazzurro” reacomodó sus asuntos domésticos. Atalanta apeló a las famosas “3 G” y continúa en zona de Champions.
Era el momento de revertir la imagen a nivel local para el alicaído conjunto de Antonio Conte y la pelea por el scudetto aún no cesa. En el Giuseppe Meazza, Inter venció 2-1 a Sampdoria y quedó a 6 puntos del líder Juventus.
La floja temporada continental le asignó un eventual premio consuelo al “Nerazzurro”, con la disputa de la Europa League cuando los planes iniciales eran competir por la “orejona”. Para colmo, en el terreno doméstico comenzó a quedarse sin combustible y de potencial candidato al título ahora corre de atrás como un tercero en discordia.
Por eso había que ganar sí o sí para no perder el tren e Inter en media hora se encargó de liquidar a un rival que sufre en la zona baja de la tabla. A los 10´, un largo bochazo desde el fondo fue aguantado por Lautaro Martínez en el costado derecho. Fantástica resolución de taco para habilitar a un Romelu Lukaku que llegaba por el medio. Preciosa pared entre el belga y Christian Eriksen, con un toque y devolución para que Lukaku ajusticiara al arquero Emil Audero. Maravilloso tanto del local.
Los de Conte extendieron la ventaja con otro grito tan simple como efectivo. Esta vez Lukaku se vistió de 7 bravo y desbordó por la banda derecha. Antonio Candreva entró a la tierra prometida y metió un pase al medio para la soledad de Lautaro. Toque a la red del bahiense y 2-0 arriba con aroma a todo resuelto.
Sin embargo, un descuido achicó la brecha para el visitante. Córner desde la izquierda que Omar Colley cabeceó en anticipo y un verdadero flipper terminó en el descuento para la “Samp”: pelota al travesaño, remate de primera del noruego Morten Thorsby y Samir Handanovic apenas pudo reaccionar con el pie. La bola fue mansamente hacia el poste derecho y terminó en el fondo de las mallas.
Por lo que se vio en los 90 minutos, el triunfo interista resultó un tanto exiguo. Quizás 2 tantos de diferencia se hubiese ajustado más a la realidad de lo que pasó en el terreno de juego, pero a veces estos partidos que – en teoría – son ganables, hay que llevarlos a la práctica sin dejar dudas.
El que volvió a mostrarse como una verdadera pandemia de goles fue Atalanta, que vapuleó 4-1 a Sassuolo en el Gewiss Stadium de Bergamo. Otra vez la “Dea” ganó, goleó y gustó como para imprimir su sello de calidad y su fútbol vistoso.
Un balón detenido ayudó al dueño de casa a inaugurar el marcador. Minuto 15 y un tiro de esquina desde la derecha ejecutado por Alejandro Gómez fue cabeceado por Mattia Caldara. La defensa del “Verdinegro” brilló por su ausencia y Berat Djimsiti entró como al living de su casa para empujar la pelota al gol.
El raddoppio llegó a los 31´, con otra duda fatal en el fondo de Sassuolo. “Papu” Gómez con el centro a la olla y quien bajó el balón de cabeza fue Robin Gosens. El arquero Andrea Consigli falló en el cálculo de la salida y por el medio quedó solito y solo Duvan Zapata, quien se llevó puesto el esférico y elevó la cuenta a 2.
Una nueva obra maestra del terror de la defensa visitante terminó en el tercer grito local. Gosens desbordó por la izquierda y metió el centro para la llegada de Mario Pasalic. Apenas la desvió el croata y quien se encargó de meter otro clavo en el propio ataúd fue Mehdi Bourabia, con un desgraciado gol en contra en el minuto 37.
A los 66´ llegó el segundo de Zapata y el cuarto de Atalanta. Tiro libre en forma de centro de Gómez desde la izquierda y todas las facilidades para que el colombiano dijera que sí con la cabeza y completase el póker local.
El “Verdinegro” – hoy con un tono Celtic en la camiseta – maquilló la caída con el descuento en el minuto 92. Redención para el marroquí Bourabia con un lindo tiro libre que se clavó junto al vertical de la mano zurda del portero Pierluigi Gollini.
(Foto Principal: Marca Claro Argentina)