San Martín no tuvo un buen cierre de año, terminó siendo vapuleado en la última jornada y en la búsqueda de un cuerpo técnico y de una identidad futbolística.
Claro está que el cierre de año para el verdinegro no fue el mejor, después de la ida de Lavallén en la fecha 11 del torneo y algunos resultados positivos que había logrado, sufrió la peor derrota desde que milita en Primera División, “fue una vergüenza deportiva”, en palabras del capitán Luis Ardente, una vez terminado el encuentro en el que Newell’s le ganó 6 a 1 a San Martín.
Durante el semestre y primero con la conducción técnica de Pablo Lavallén, el equipo tuvo un andar irregular, haciendo grandes partidos frente a rivales de talla, como lo fueron los empates con San Lorenzo y River en la primera y tercera fecha respectivamente, y partidos para el olvido como los disputados frente a Racing y Talleres en condición de local. Condición que al verdinegro este cierre de año le costó y mucho, ya que temporadas anteriores era inexpugnable jugando como local, y en este torneo solamente ha podido cosechar 2 triunfos y 1 empate totalizando una suma de 7 puntos, suma que pensando en la lucha de los promedios no ha sido nada buena. Otra cara mostró este equipo cuando le tocó jugar de visitante, donde a pesar de haber visitado a rivales de fuste, logró obtener la misma cantidad de puntos que jugando en San Juan.
La deuda pendiente sin lugar a dudas durante todo este semestre -primero con Lavallén y en esta última parte con el interinato de Hugo Garelli-, ha sido encontrar solidez defensiva y seguridad, sobre todo en esa última línea de juego, ya que terminó siendo el equipo más goleado de esta primera mitad de campeonato con 26 tantos recibidos en 14 partidos a un promedio de 1.85 goles por partido.
En lo que al ataque se refiere, alternó buenas y malas sin poder todavía encontrar al reemplazante de Toledo, quien dejó el equipo a mitad de año, y que fue pieza fundamental en el buen andar del Torneo de Transición; ni Cháves, ni Molina, ni Barceló han podido ser ese arma goleadora y convertirse en el “9” del equipo.
En el aspecto individual, exceptuando el último partido frente a Newell’s donde no hubo ningún punto alto, fue un buen torneo de Gustavo Villarruel quien se ha afirmado como titular durante estos partidos; el aporte de Emanuel Dening en el ataque, quien no puede ser suplente y ha quedado demostrado siendo el goleador del equipo con 3 gritos en el campeonato. En la mitad de la cancha, Matías Fissore ha sido pieza fundamental en los partidos donde el verdinegro obtuvo buenos resultados, al igual que Marcos Gelabert, cuestionado durante un tramo del campeonato, aunque es quien aporta claridad al juego en la mitad de la cancha y el equipo lo siente cuando no está en su mejor nivel. A pesar de ser uno de los más experimentados del plantel, ha sido titular en las 14 fechas disputadas.
A la espera de un nuevo cuerpo técnico, el verdinegro tendrá que “barajar y dar de nuevo”, esperando que en el 2017 recupere su nivel futbolístico y pueda lograr el “colchón” de puntos necesarios para olvidarse de la zona baja e intentar afianzarse en la categoría. Sin margen de error, no deberá equivocarse la dirigencia en la elección, tanto del técnico como de los 2 refuerzos que se pueden incorporar.
Lo que pasó:
Lo que viene:
