Inglaterra necesita desesperadamente hacer una buena Copa del Mundo para confirmar los indicios de una levantada post-crisis que esbozó en las eliminatorias europeas. Una camada con nombres de corta y mediana edad conducida por un entrenador joven como Gareth Southgate espera agregarle juego a los buenos resultados y dejar su marca en Rusia.
Tras un fracaso doloroso en la última Eurocopa que culminó con la salida del entrenador Roy Hodgson, estaba claro que Inglaterra necesitaba definir al menos una cierta identidad si quería formar parte del próximo Mundial. En un país que posee una de las mejores ligas del planeta, pero en que el número de técnicos británicos jóvenes es increíblemente bajo –esto se da en parte porque los former players prefieren las luces de una cámara de TV al buzo de entrenador- el encargado de conducir a la selección en las últimas eliminatorias fue Gareth Southgate, ex seleccionador de la sub-21, mundialista en 2002 como jugador. Primero fue puesto provisoriamente, pero un par de semanas después fue confirmado como el director técnico del equipo mayor.
El elenco inglés tiene la adversa particularidad de no poder formar hace años un equipo que sostenga a sus mejores individualidades. Después de un tiempo de crisis, que incluyeron las salidas escandalosas de John Terry y Rio Ferdinand, una prematura eliminación en el Mundial de Brasil 2014 y los alejamientos paulatinos por edad y desgaste de futbolistas como Frank Lampard o Steven Gerrard, a los ingleses les costó encontrar futbolistas jóvenes con un rendimiento consistente que pudieran suplir la baja de esos símbolos. Hasta que allá por 2015 empezaron a brotar Dele Alli, Harry Kane -jugador que lentamente se ha convertido en insignia-, Raheem Sterling, Marcus Rashford o Eric Dier, que hoy son parte importante del equipo. Ellos, más las consolidaciones de futbolistas un poco más maduros como Kyle Walker, James Milner, Jamie Vardy, Jordan Henderson o Adam Lallana –pese a sus problemas físicos-, entre otros, han constituido la base de un elenco que sigue sin deslumbrar, pero al que se lo ve más fuerte desde lo colectivo y con más variantes.
El camino a Rusia:
4/9/2016 – Eslovaquia 0-1 Inglaterra (Lallana).
8/10/2016 – Inglaterra (Sturridge, Alli) 2-0 Malta.
11/10/2016 – Eslovenia 0-0 Inglaterra.
11/11/2016 – Inglaterra (Sturridge, Lallana, Cahill) 3-0 Escocia.
26/3/2017 – Inglaterra (Defoe, Vardy) 2-0 Lituania.
10/6/2017 – Escocia 2-2 Inglaterra (Chamberlain, Kane).
1/9/2017 – Malta 0-4 Inglaterra (Kane -2-, Bertrand, Welbeck).
4/9/2017 – Inglaterra (Dier, Rashford) 2-1 Eslovaquia.
5/10/2017 – Inglaterra (Kane) 1-0 Eslovenia.
8/10/2017 – Lituania 0-1 Inglaterra (Kane).
Como se mostró anteriormente, Inglaterra no tuvo ningún problema en acceder directamente a Rusia en un grupo que, si bien tenía selecciones que pudieron complicar a los Three Lions –y de hecho, lo hicieron- como Eslovaquia o Escocia, lo tenía como el máximo favorito. Un registro impecable como local, con cinco victorias sobre cinco posibles, más otros tres éxitos y dos empates como visitante completaron la campaña de 26 puntos de los británicos, que accedieron a este Mundial con una fecha de anticipación. Tres goles sobre el final, que resultaron en victorias ante Eslovaquia en Bratislava, ante Eslovenia en Wembley y un agónico empate en casa de Escocia, fueron claves para encaminar el rumbo.
El goleador de los Three Lions en la eliminatoria fue Harry Kane, con cinco, mientras que los otros trece goles de los de Southgate se repartieron en once futbolistas, una virtud muy importante que les ayudó a resolver algunos duelos complicados en los que el juego no apareció. Como contrapartida, ya sin Wayne Rooney, retirado del fútbol internacional en el pasado mes de agosto, y con Gary Cahill, central de Chelsea, como capitán, quizás esta selección no tenga un líder intimidante como en otra época y eso puede repercutir en momentos adversos, más teniendo en cuenta que, pese a ganar varios partidos, aún no se ha visto una manera denodada de jugar al fútbol. Solamente Kane ha pegado el salto tanto en su club -recientemente se transformó en el máximo goleador global del pasado año- como en la selección y hasta ha capitaneado al equipo en un par de ausencias de Cahill. Sin embargo, Inglaterra llega más fuerte en comparación con el anterior Mundial y la pasada Eurocopa, impulsada por la madurez de futbolistas ya integrados en el grupo de la Selección más algunos jóvenes talentos intentando imprimirle fútbol a un elenco que gana más de lo que juega e intentará dejar una marca en Rusia.
Foto destacada: Sport.co.uk
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