Los Three Lions estaban por conseguir una nueva victoria y otra valla invicta, sin embargo un penal señalado por los jueces mediante la asistencia de video se los impidió a tres minutos del final. Vardy había puesto en ventaja a los ingleses en el primer tiempo, mientras que Insigne fue quien envió el penal a la red para el 1-1 de Italia.
Wembley atestiguó el segundo duelo amistoso de la selección de Inglaterra en esta gira de marzo, esta vez enfrentando a Italia. Tras ganarle a Holanda en Amsterdam, el entrenador Gareth Southgate insistió con un esquema similar al implementado frente a los italianos, que venían de sufrir el golpe de la derrota frente a Argentina e hicieron algunas modificaciones respecto de esa alineación. El seleccionado dirigido interinamente por Luigi Di Biagio empezó mejor el partido ante un elenco británico algo descuidado. Ciro Immobile tuvo la primera del partido al robarle la pelota en su propio área a John Stones, quien sin embargo se redimió con un cierre a tiempo. Pasados los quince, el punta de Lazio volvió a tener otra ocasión muy clara cuando Antonio Candreva le puso un centro milimétrico que él falló al cabecear por arriba del arco. Ese tramo del partido fue lo mejor que mostró la Azzurra, porque los Three Lions ajustaron, presionaron mejor y generaron fallos de un mediocampo italiano que tuvo más la pelota, pero no le dio sentido a esa posesión. Raheem Sterling, lo mejor que tuvo Inglaterra y el partido, fabricó la primera habilitando al espacio a Jamie Vardy tras un robo de Alex Oxlade-Chamberlain, pero Gianluigi Donnarumma se interpuso entre el remate del delantero y la red. No obstante, Inglaterra siguió capitalizando fallos rivales, y así fue como llegó al gol: Sterling durmió a Marco Parolo y este le cometió una falta; con el juego frenado Jesse Lingard fue más rápido que una defensa italiana que se había quedado estática y dejó el gol servido a Vardy, cuyo remate esta vez fue inatajable para Donnarumma.
Durante el complemento y con el ingreso de Adam Lallana, Sterling y Lingard sumaron un socio más para encontrar algo más de juego, razón por la que Inglaterra siguió siendo mejor que Italia aunque no lo necesariamente profundo como para poder sumarle otro gol a su victoria. El extremo del City generó una buena chance para otra llegada al fondo de Young, cuyo tiro fue bloqueado por Leonardo Bonucci, en tanto que él mismo elevó un disparo tras toquetear de primera con Lallana y Lingard. Tanto Southgate como Di Biagio comenzaron a mover fichas, algo que bajó el ritmo del duelo y le concedió a Italia la posibilidad de jugarse por un empate que estaba más lejos en el desarrollo que en el marcador. Lorenzo Insigne, el dueño de la única aproximación italiana mediante una combinación con Jorginho, tuvo en sus pies la oportunidad del empate luego de una polémica acción en la que el VAR estuvo involucrado.
Es que el árbitro uzbeko Deniz Aytekin le concedió al elenco transalpino la chance que su apático juego no pudo generar, inclusive en esos últimos minutos con una Inglaterra replegada en busca de un contragolpe. Federico Chiesa encaró, se metió en el área y se desplomó al ver que iba a ser reducido por tres hombres ingleses. El juez pidió el VAR y tras ver reiteradas veces la imagen decidió que esa caída fantasmal había sido producto de un contacto. A Insigne poco le importó esta injusticia y decretó el 1-1 a tres minutos del final y con suma precisión, cancelando así la serie de partidos con la valla invicta del local, que llegó a los 624 minutos. Un empate algo injusto para un elenco británico que en general manejó el duelo con mayor sabiduría que su rival, pero también podría considerarse como un mensaje para un Southgate cuya decisión en ambos partidos prefirió cuidar su arco con una ventaja mínima, algo que siempre puede ser riesgoso.
Foto destacada: Selección inglesa – Twitter oficial (@England)
