Aunque anduvo lejos de hacer su mejor partido, Liverpool logró superar a Burnley en su casa y por 2-1 para ponerse a tiro de los escoltas, aprovechando su ausencia en esta jornada. Barnes había adelantado al visitante pero Wijnaldum y Çan dieron vuelta la taba para los de Klopp, que ganaron tres de los últimos cuatro.
El único de los de arriba que disputó su encuentro por Premier League fue Liverpool, con la expectativa de una que lo acomodara cerca de los dos escoltas. Enfrente estaba un duro Burnley, que sin embargo le cuesta fuera de su casa -tanto así que es el peor visitante del torneo-. El duelo comenzó favorable para un visitante llamativamente protagonista a partir de la intensidad, que le asestó un golpe importante a los Reds a los siete minutos de juego. Matthew Lowton cruzó su campo, recibió por derecha y sacó un buscapié que cruzó toda el área hasta ser empujado a la red por Ashley Barnes, quien sorprendió a todos por atrás. El 0-1 caló hondo en un Liverpool al que le costó horrores generar fútbol durante la primera mitad. Philippe Coutinho no pudo hacerse del balón con frecuencia, mientras que las apariciones desde atrás de Emre Çan y Georginio Wijnaldum fueron infrecuentes e infructuosas. Los Clarets, puestos en el rol que mejor les sienta, pudieron haber aumentado de contra mediante un remate de André Gray, pero el intento del delantero salió apenas desviado. Antes del descanso, el conjunto de un hasta ahí fastidioso Jürgen Klopp llegó a un empate por el que poco había hecho desde el juego. Divock Origi se tiró a la izquierda para enviar un centro cuyo destinatario fue Wijnaldum, quien tomó el rebote de su primer tiro bloqueado y sometió a Tom Heaton.
La segunda mitad, a pesar de un aviso de Burnley por intermedio de Barnes, tuvo nuevamente a los Reds con la iniciativa aunque padeciendo los mismos problemas creativos del primer tiempo. No obstante, un partido desfavorable para los de Merseyside encontró su cauce por la vía de la media distancia. Çan recibió de Origi y sacó un derechazo colocado desde casi veinticinco metros que se incrustó en el rincón izquierdo del arco de Heaton, decretando un 2-1 vital para el local. El trámite del juego empezó a volverse anodino, porque el elenco de Klopp siguió imposibilitado de crear peligro y los Clarets tampoco fueron capaces de inquietar demasiado el arco de Simon Mignolet. El juvenil Ben Woodburn, ingresado en el complemento, generó la única cara del local antes del final a través de un centro que Heaton interceptó justo a tiempo anticipando a un Sadio Mané que se alistaba para marcar. En la última, un Burnley cuyo único recurso fue meter pelotas largas al área estuvo a punto de rascar un empate. La defensa de los Reds no pudo rechazar un envío largo y el balón le quedó a Lowton, que la elevó por encima del travesaño desde una buena posición. Fue victoria para un Liverpool que empieza a enderezar lo que fue pésimo comienzo de año y se ubica, por ahora, a un punto de los escoltas Tottenham y Manchester City, al que visitará en la próxima jornada en un duelo clave por entrar a Champions League.
Resumen del partido:
Foto destacada: Premierleague.com (@PremierLeague)
