Los viejos hinchas de Racing recuerdan el grandioso partido contra el Celtic, otros los que permitieron el campeonato del 2001, pero todos los hinchas de de la “Academia” nunca se olvidarán del clásico ganado contra Independiente en el 2020.
EL 9 de febrero del 2020 es una fecha que por mucho tiempo será recordada tanto por la gente de Racing, como por los de Independiente y también por los amantes del fútbol.
El panorama del plantel estaba todavía en dudas, sobre todo por la llegada de su nuevo entrenador Sebastián Beccacece, quien justamente había tenido un mal paso por Independiente y algunos dudaban de sus condiciones para dirigir al campeón de la Superliga del 2019. Las dos primera fechas del ex entrenador del “Rojo” no fueron muy convincentes, ya que había logrado empatar contra Atlético Tucumán y Argentinos Juniors. Pero la prueba más difícil llegó en su tercer encuentro, en el cual debía sacar adelante al equipo en el clásico de Avellaneda.
El segundo domingo de febrero empezó temprano en las cercanías del “Cilindro“, las camisetas celeste y blanca poco a poco empezaban a rondar las cercanias del estadio y se preparaban para armar una verdadera fiesta.
Patricio Loustou dio el pitazo inicial y esto desató un grito de guerra por parte de todos los hinchas que se hicieron presente. Beccacece como siempre confiaba en su esquema táctico 4-3-3, algo que varios jugadores de Independiente sabían como manejarlos y a pesar de esto el local empezó con el dominio de la pelota. En los primeros minutos el arco de Campaña estuvo a punto de caer en más de una oportunidad, pero si no era el travesaño era la puntería de los jugadores que no permitían gritar ¡GOL!. El conjunto de Pusineri trataba de llegar de contragolpe, pero apenas contaba con oportunidades de inquietar a Gabriel Arias, los ataques se disolvían en cada centímetro que avanzaban y no lograban poner el encuentro a su favor. Pero cerca del final el partido cambio por completo, los jugadores del “Rojo” intentaron de manera torpe llegar al arco rival y con un poco de fortuna lo lograron. Cecilio Domínguez logró quedar mano a mano contra el arquero chileno de Racing, que para evitar el gol salió del área y metió la mano derecha, por supuesto impidiendo que la pelota pase, pero ganándose la tarjeta roja.
Para la segunda parte la “Academia” ya contaba con un delantero menos, ya que Barbona tuvo que dejarle su lugar a Javier García, arquero suplente. El panorama parecía complicado para el equipo de Beccacece, pero la cosa se puso aún peor con la rápida expulsión de Leonardo Sigali. La cara de preocupación de los hinchas no tenía explicación, no lograban entender como el clásico cada vez se complicaba más y más. Pero sus expresiones empezaron a empeorar cuando veían que Independiente no paraba de poner en peligro el arco de “Javi“, que con cada intervención se empezaba a convertir en la figura del encuentro y esto parecía contagiar a los pocos compañeros que quedaban en cancha, que empezaron a hacerle frente al rival.
Este encuentro se volvió uno de los más sufrido por lo hinchas de Racing, que no paraban de alentar a los 9 jugadores que estaban en la chanca y quienes les hacían frente a los 11 rivales, que no paraban de atacar y atacar. El cuerpo de los que estaban en el terreno de juego se iba desgastando por el esfuerzo que hacían, al ser 2 menos tenían que hacer lo imposible por tapar cada hueco que se generaba. Así es como surgió una de las postales que quedará marcada por mucho tiempo en la historia de la “Academia”, mientras la pelota se encontraba rodando el “Chelo” Díaz se acercó al banco de suplentes para pedir que le dieran una banana, para así evitar un posible calambre y no dejar a su equipo con uno baja más.
Algunos dijeron que esta fruta más que impedir algún desgaste físico lo fortaleció. A los pocos minutos de haber ingerido la banana llegó su aparición en el borde del área y convirtió así su primer gol con la camiseta de Racing. La jugada se inició con una guapiada de Dario Cvitanich que le arrebató la pelota al defensor del “Rojo“, cuando entró al área mando un centro atrás que parecía terminar en un remate de Miranda, pero este la dejó pasar entre sus piernas y le dio la posibilidad al chileno, que con un disparo a colocar superó tanto al arquero como a los rivales que estaban en el trayecto del balón.
El gol del “Chelo” hizo que todos los presentes en el estadio se desahogaran y por fin soltaran el grito sagrado de gol. Desde el hincha más chico, hasta el presidente y también emblemas del club se sumaron en la euforia total. Pero sobre todo, el grito fue en apoyo a los 9 gladiadores que estaban en el campo de juego y los cuales le hicieron frente a 11 rivales que no pararon ni un segundo de atacarlos. Los 9 jugadores de Racing que estaban en el campo de juego no demostraron en ningún momento bajar los brazos, aguantaron e intentaron de cualquier manera y con calma llegar al arco rival, teniendo el resultado deseado a tan solo pocos minutos del final.
Por supuesto que los jugadores de Independiente no podían creer lo que estaba pasando, sobre todo por la superioridad numérica que tenían e intentaron igualar. Al ver que el final del encuentro se acercaba, cada vez se iban poniendo más nerviosos y esto trajo algunos cruce entre jugadores, en el cual salió perjudicado con las expulsiones de Cecilio Domínguez y Lucas Romero.
Por supuesto que cuando Loustou indicó el final del partido, esos pocos jugadores de Racing que estaban en la cancha se reunieron en un fuerte abrazo y la gente desató su euforia. Además de gritar por la victoria conseguida gritaron por Javier García, Iván Pillud, Nery Domínguez, Mauricio Martínez, Eugenio Mena, Marcelo Díaz, Leonel Miranda, Walter Montoya y Darío Cvitanich; estos 9 jugadores que supieron hacerle frente a un equipo que lo superaba en número, pero no en coraje.
Resumen del partido:
Foto: lanacion.com.ar
