El encuentro correspondiente a la Superfinal de Copa Libertadores quedó suspendido debido a incidentes en el micro que trasladaba al plantel Xeneize por barras de River Plate.
Una vez más el fútbol argentino demostró que cada día se puede estar un poquito peor. En esta ocasión, tras un pésimo operativo policial, el micro de Boca quedó totalmente al desnudo ante un centenar de “hinchas” de River que provocaron la rotura de varios vidrios del ómnibus, luego de arrojarle piedras y botellas al mismo. Sumado a este hecho lamentable, minutos más tarde, los jugadores comandados por Guillermo Barros Schelotto fueron rociados por gas lacrimógeno, por los policías que intentaban alejar a la afición de River de las inmediaciones del ingreso del colectivo al estadio Monumental.
Luego de los incidentes mencionados, comenzaron las negociaciones entre los presidentes de las instituciones: Daniel Angelici (Boca Juniors), Rodolfo D’Onofrio (River Plate), Alejandro Domínguez (CONMEBOL) y Gianni Infantino (FIFA). En una de las primeras versiones que circularon en los medios, el organismo regulador del fútbol sudamericano intentó presionar para que el partido se dispute a las 18 horas y luego a las 19.15 horas. No obstante, tiempo más tarde, en un acuerdo de caballerosidad según las palabras del titular de la CONMEBOL, se decidió que la disputa se suspenda y se juegue el próximo domingo 25 de noviembre a las 17 horas.
Uno de los jugadores más afectados del plantel de la Ribera fue su capitán, Pablo Pérez. El mediocampista rosarino sufrió cortés en sus brazos a causa de los vidrios rotos del micro y a su vez, fragmentos de cristales ingresaron en su ojo izquierdo ocasionándole una úlcera. De esta manera, por recomendación del médico del plantel, Jorge Batista, el volante fue trasladado al Sanatorio Otamendi donde confirmaron el primer diagnóstico. Sin embargo, sin el alta médico, Pablo Pérez decidió volver al Monumental.
A pesar de ello, el médico oficial de la CONMEBOL, le comunicó a Alejandro Domínguez que dos jugadores de Boca no pudieron ser revisados por él y que por este motivo no había ningúna razón para suspender el juego.
Mientras los presidentes de las instituciones se encontraban reunidos para tomar una decisión final, Carlos Tévez y Fernando Gago dialogaron con la prensa y dejaron las siguientes declaraciones:
“Nos están obligando a jugar el partido”. Carlos Tévez.
“Pablo Pérez llegó con un parche en el ojo. No estamos para jugar. Los médicos están con mucha presión. Pero acá hubo jugadores que no paramos de toser, con muchas ganas de vomitar, con ardor en la garganta. Recién ahora se me está yendo el dolor de cabeza. esto no tendría que pasar”. Carlos Tévez.
“Estamos sorprendidos porque nadie toma una decisión. Hace siete horas que estamos dando vueltas. A nosotros nos dicen que el partido se juega, pero no están dadas las condiciones en el grupo”. Fernando Gago.
Posteriormente con la decisión final de suspender el encuentro para mañana, las fuerzas policiales con el fin de desalojar las inmediaciones del estadio Monumental, ocasionaron varios incidentes y corridas con los hinchas de River Plate, tanto afuera como dentro del estadio.
Como si esto fuera poco, la Agencia Gubernamental de Control de Gobierno clausuró el estadio Antonio Vespucio Liberti, imposibilitando que el encuentro de mañana se pueda jugar allí. En este sentido, la dirigencia de River ya puso cartas sobre el asunto e intentará levantar la sanción está misma noche.
Fotos: SportsCenter.
