Este mediodía se confirmó en conferencia de prensa lo que ayer fue un adelanto. Tras la derrota frente a Huracán por 2-0, Mario Sciacqua renunció a la conducción de Olimpo. Hundido en el descenso, el aurinegro deberá dar un golpe de timón para no volver a sufrir. Adiós a un técnico que supo llegar hasta el corazón del hincha.
Antes de las fiestas del año pasado, Mario Sciacqua levantó la copa para brindar con Alfredo Dagna, presidente de la entidad bahiense. Tras el anunciado fracaso de Cristian Díaz, la dirigencia intentó sumar un técnico con experiencia que trabajase a largo plazo. El camino no fue fácil: con un plantel ya armado, sacó agua de las piedras y salvó al equipo del descenso en una noche dramática en Mar del Plata.
Meses más tarde, fue justamente Fernando Coniglio, aquel cuestionado delantero que logró convertir en goleador y figura, el que decretó el 1-0 que anticipó la hecatombe. La sentencia la dio Mauro Bogado y allí el ex orientador de Gimnasia de Jujuy (de donde también se fue por la puerta de atrás, más allá del cariño de la gente del Lobo) supo que era el final. Lo había anticipado, sí, pero el mundo Olimpo se ilusionó con una victoria frente a un rival directo que le diera aire al DT.
Pese a que logró pasar de ronda en Copa Argentina (juega con Deportivo Morón los cuartos de final el lunes), la realidad de Olimpo era difícil de cambiar. Último en la tabla de ubicaciones con tan sólo un empate (contra Independiente 1-1) y en zona de descenso, la derrota lo alejó aún más. Ahora, su rival más próximo –Huracán- se ubica a siete puntos.
Sin embargo, el mal es aún mayor. En seis fechas el equipo no demostró entereza y sufrió en todos los sectores. Un defensa totalmente nueva que no brindó seguridad, un medio mal reforzado y con presentes bajos, y delanteros poco eficaces, fue el combo que detonó en la salida del entrenador.
Ahora, el aurinegro trabajará bajo las órdenes de Walter Sarti y Sergio Hernández, mientras que la dirigencia se mueve rápidamente para encontrar al sucesor. La idea es tener al menos un nombre antes del partido de la semana que viene, pero el trabajo no es fácil.
Lejos quedaron las lágrimas de felicidad que se mezclaron con la lluvia marplatense la noche de la salvación y se acercan las de tristeza por el ciclo que no superó las expectativas. Olimpo se queda sin su técnico pero con la sensación de haber perdido mucho más que eso. Con el pitazo final de Espinoza el juego acabó. Game over para Súper Mario.
Foto: La Nueva
