Los 130 años de Gimnasia

El 3 de junio de 1887, más de 50 de los más importantes habitantes de La Plata se dieron cita en la Sala de Comercio para fundar un club de Gimnasia y Esgrima. La capital de Buenos Aires no había cumplido 5 años y nacía un club que sería el más viejo de los afiliados a la AFA. El Decano de América, que comenzó a jugar al fútbol en 1901, retomó tras la fusión con el club Independencia en 1915 -año de su llegada a Primera División- y pasó de un origen patricio a una raíz popular que aún perdura.

Campeón en 1929 y en el Torneo Centenario de la AFA en 1994, también fue bicampeón en básquetbol (1978/79, cuando el torneo de Capital Federal era el más fuerte a nivel clubes) y multicampeón en vóley femenino, federación de la cual Gimnasia es el único fundador que persiste en la actividad. Además, practicó rugby (ante la imposibilidad de coexistencia entre deportes profesionales y amateurs, de su riñón nació La Plata Rugby Club), deportes náuticos (en un embarcadero previo al nacimiento del club de Regatas), waterpolo, automovilismo (en el circuito Oscar Zambano de Estancia Chica) y deportes vigentes como hockey femenino, esgrima, futsal, tenis, patín y powerchair entre otros.

Nacido a los deportes al aire libre en 1901 en la Plaza de Juegos Atléticos del Bosque, se fue a Meridiano V (12 y 71) y volvió al Bosque en 1924, al solar actual donde se erige el estadio Juan Carmelo Zerillo. La sede en calle 4 tiene el Polideportivo, el gimnasio más importante de la ciudad desde 1978. En Berisso está el Bosquecito, predio destinado al fútbol amateur y en Estancia Chica se entrena el fútbol profesional en un predio de casi 160 hectáreas con un Campus de última generación.

Nada dicen -sin embargo- los logros deportivos o los bienes materiales de la pasión del hincha tripero. Hoy, 130 años después de que Saturnino Perdriel Azcuénaga haya sido elegido primer presidente, ese club de la alta sociedad porteña trasplantado a la nueva capital se convirtió en el motor de la vida de miles de hinchas y socios. Con fútbol, pero no solamente con fútbol. Y, por sobre todas las cosas, con identidad, pertenencia, arraigo… y un amor que se hereda. Que ya ha traspasado tres siglos…