El fútbol te da sorpresas…Tigre le gana a San Lorenzo cuando tres minutos antes del final del partido lo iba perdiendo; Boca le gana a River de visitante cuando estuvo abajo en el marcador, se lo da vuelta y le da baile. Barcelona mete una remontada histórica en Champions cuando estaba más afuera que adentro. Que lindo es el fútbol hermano,que lindo.
También está el folclore del fútbol. Los granates le gritan a Brian Sarmiento que “Tamo Activo”. En la cancha de River cierta vez apareció un chanchito rosa con la casaca xeneize, o el velorio que se mando Racing luego del descenso de Independiente. Tévez también cierta vez les hizo la gallinita en una eliminación copera a los millonarios, en el propio Monumental.
O ese folclore con el que la gente le tiraba flores a Mostaza Merlo, sabiendo lo cabulero que era. O Angelito tapandose la nariz de cara a la 12. Folclore mi hermano, folclore.
Pero esto es fútbol también. Y está el irracional que le dispara a un micro de otro club que no es el suyo, matandolo. O sin ir mas lejos, el que tira a una persona al vacío en medio de un espectáculo deportivo, por problemas personales, empañando lo que debería ser una fiesta. Todo aquel que ame el fútbol, disfruta de los clásicos: River-Boca, el Rojo y la Acadé, el Globo y el Cuervo, Sabaleros y Tatengues, Piratas y Tallarines, etc.
¿Hasta dónde llega nuestra locura como sociedad? Al pibe Balbo le empezaron a pegar todos por que uno dijo: “Es de Talleres”. ¿En el barrio, en la escuela o en el laburo también le pegan a los que son de Talleres ? O cuando pasa un micro de otra hinchada, ¿también disparan al bulto sin importar a lo que le den? Como buen futbolero me pregunto: ¿La caprichosa vale mas que una vida? Con esta editorial no pido que dejen la pasión que utilizan todos al alentar a su club, al contrario, les pido que vayan a las canchas a demostrar su locura, su pasión, en la manera que todos debemos hacerlo, sin lastimar ni ser lastimado.
Que las autoridades correspondientes, las dirigencias de los clubes, y nosotros como sociedad, condenemos y erradiquemos a esta gente que le hace tanto mal a nuestro fútbol. Ir a la cancha no tiene que ser una cuestión de vida o muerte, el saber si vas y no volvés. Ir a la cancha es una fiesta, que nada la empañe.
Al final de cuentas, como dijo el Diez, la pelota no se mancha.
Editorial por Axel Carrizo