TORNEO FEDERAL B – REGIÓN PATAGÓNICA – ZONA B
El mate recién cebado desprende ese vaporcito que tanto contraste hace con el frío que se comenzó a sentir en la provincia de Córdoba. Ahí, sobre la mesa, un teléfono ha marcado y los tonos de llamada suenan. Después del cuarto timbre alguien responde y si de frío se habla, cabe mencionar que del otro lado del celular atiende una persona que vive en Viedma y que se llama Luís Murúa. El Director Técnico de Sol de Mayo. Evidentemente ha reconocido el número y saluda con toda cordialidad para luego preguntar, con cierta timidez, si la entrevista va a realizarse finalmente, ya que entre dimes y diretes, se vio pospuesta en más de una ocasión. Ante la respuesta afirmativa de la periodista se relaja lo suficiente como para que se note en su voz y la charla da comienzo.
Pity, como lo apodaron, nació el 9 de julio de 1970 en la ciudad de San Isidro, Provincia de Buenos Aires y se encuentra hoy al frente de Sol de Mayo (Viedma), pero hace casi un cuarto de siglo que es entrenador y ha pasado por equipos de todo el país, de norte a sur y de este a oeste. Entre los clubes que dirigió se encuentran Santamarina (Tandil), Guillermo Brown (Puerto Madryn), Alvarado (Mar del Plata), Textil Mandiyú (Corrientes) y Patronato (Paraná). Por eso cuando se le consulta por cómo se embarca en esta nueva etapa, ríe suavemente y explica todo desde su experiencia.
Luis Murúa llegó a Sol de Mayo en marzo de este año y se encontró con un equipo clasificado para jugar los 32vos de final de Copa Argentina frente a Defensa y Justicia. El certamen nacional sumado al Torneo Federal B y la liga local, conforma un frente al que hay que encarar con organización, estableciendo prioridades. “Nosotros estamos preparándonos para el Federal B, el objetivo del club para este año es ascender.” – Asegura el bonaerense y continúa – “La liga local tiene gran importancia, la hemos tomado con toda seriedad. Es un aliado nuestro para poder potenciar 35, 40 jugadores de la cantera. La liga nos ayuda con el crecimiento y formación de los futbolistas.” – explica Luís. La Copa Argentina, dice, se toma como un sueño, como la posibilidad concreta de enfrentar a un rival de primera división; “es un premio y todos esperamos el partido con mucha ilusión” – confiesa el DT, mientras expresa su deseo de poder estar a la altura del cotejo. El técnico calcula que el encuentro frente al Halcón de Varela, estaría disputándose a fines de mayo, pero aún no tiene noticias con respecto al día, lugar y horario definitivos.
RdF – El equipo que jugó en 2016 y consiguió la llegar a 32vos de final de Copa Argentina ¿es el mismo que se prepara para 2017 o hubo muchos cambios?
LM – Es el mismo. En su momento, cuando hablé con (Adán) Valdebenito, (presidente de Sol de Mayo), coincidimos en que había un buen equipo. Lo que hay que hacer es pulir algunas cosas, corregir otras y eso se consigue a través del trajinar de los campeonatos. Independientemente de mi llegada, la idea es darle continuidad a un plantel de futbolistas que llevan alrededor de dos años jugando y que trabajan muy bien juntos.
RdF – Con respecto al Federal B y a las distancias que se recorren en el sur, ¿creés que el Consejo Federal busque mejorar el desarrollo de los torneos del interior?
LM –Este año voy a cumplir 25 años como entrenador, de los cuales 15 o 16 los pasé en los diferentes torneos federales. Desde mi experiencia te voy a decir que es imposible. Argentina es un país demográficamente muy grande, entonces, por más que le busques la vuelta para las distancias; siempre van a ser las mismas.
“Hay que prepararse para jugar y dejar de quejarse. Este país es una queja constante, se despotrica porque es grande, protestamos por los árbitros, por el fixture, por el clima”… – agrega Luis – “Si se quiere abaratar costos, en vez de rezongar por las distancias, que se promuevan chicos de los clubes de las zonas, en lugar de traer masivamente gente a la que hay que pagarles sueldos muy altos para la categoría. Los jugadores con experiencia le hacen bien al certamen, lo jerarquizan, pero en vez de traer 20 refuerzos, trae 2 o 3 y promové futbolistas de la zona, del semillero. Los federales se pueden jugar perfectamente así y se equilibrarían las economías de las instituciones con mayor facilidad” – finaliza.
Dentro de un fútbol que es vertiginoso, intenso y exigente en demasía, Luís Murúa entiende que para que los clubes funcionen debe hacerse foco en los jugadores. Pero no solamente cuando salen campeones, sino desde que el futbolista llega al club. “Hay que contenerlos y formarlos, que sientan que la institución los respalda más allá de los resultados. Es muy difícil salir campeón, son muy pocos los que lo logran. Vivimos en un lamento: el técnico, la dirigencia y la hinchada lo hacen, y en el medio de todo está el jugador, viendo como todos se lamentan y preguntándose cuándo podrá entrenar, cómo lo irán a tratar. Es lo que te decía antes, hay que trabajar más y hablar menos.” – Expresa con su estilo relajado y contundente.
RdF – Sos técnico y ésta parece ser la era de proyectos cortos; si al quinto, sexto o séptimo partido el resultado no es bueno, se despide al DT. ¿Cómo lo analizás?
LM – Los entrenadores sabemos de antemano si vamos a frustrarnos o no. Cuando agarrás un equipo, tenés que tener una impronta muy especial para cambiarle la cara en dos o tres partidos, sobre todo en las categorías más altas donde no hay tiempo. Este año con el tema del paro de jugadores tuvieron más semanas para trabajar, pero en general, no hay tiempo y eso lo sabés cuando aceptás hacerte cargo de un equipo.
Es como una norma que se adquirió, como un sub producto que tiene ahora el fútbol. Por más que todos tomen precauciones para que no les pase, nadie está exento: me pasó a mí en Textil Mandiyú donde me echaron después de seis fechas.
RdF – ¿Qué te moviliza para seguir después que te sucede algo como eso?
LM – Me moviliza que vivo de esto y que tengo por delante una necesidad de hacerlo. Y peleás por esa necesidad, peleás denodadamente. Lógicamente que está el amor por lo que hago también.
Gran admirador de Marcelo Bielsa, y aguerrido defensor de sus políticas futbolísticas, cree que el estilo de “El loco” debería ser una cátedra para aquellos que quieren ser DT. Murúa asegura que para entender el fútbol hay que atravesar las alegrías y las tristezas, que siendo un deporte emocional, si no sabés que se siente en ambos lados, no terminás de comprenderlo.
Y“El Pity” sabe de las dos cosas muy bien, porque así como consiguió el ascenso de liga local al Federal C, con Jorge Newbery de Comodoro Rivadavia, también sobrepasó el hecho de quedar fuera de Copa Argentina con ése mismo equipo y frente a ni más ni menos que el combinado que dirige hoy: Sol de Mayo.
RdF – Esto suelo preguntarle a los futbolistas, pero siento que debo conocer tu respuesta. Si te dan a elegir un equipo para ser DT, de dónde sea, ¿a cuál vas?
LM – El mejor equipo que podría dirigir, además del que tengo ahora, es el que va a venir en el futuro. Pienso que siempre lo que venga va a ser mejor, porque yo voy a ser mejor de lo que soy ahora.
Luis Murúa no duda ni da vueltas; sus contestaciones son seguras, concretas y vienen con el respaldo que brinda la experiencia, la tenacidad y la capacidad de cambiar y modificar lo que deba ser cambiado o modificado. “Si me preguntás a mí, te diría que lo que me caracteriza es la metamorfosis. Desde que soy técnico que he aprendido y entendido que el cambio es necesario, que hace bien.” – puntualiza.
Definitivamente Pity no se pone un casette, no repite de memoria esas líneas y frases que parecen ser comunes a casi todos los entrenadores que tienen la posibilidad de hablarle al público futbolero. Luis Murúa no teme a las palabras y, probablemente tampoco a los hechos, ya que le ha tocado convivir con los puntos más bajos y los más álgidos que pueden transitar los DT. “No haber dirigido en Primera ni el Nacional B, no debe tomarse como un fracaso.” – asegura vehemente. Y si, pareciera que su trayectoria avala su pensamiento, sus ideas y, en un futuro lejano o quizás no tanto, porque nunca se sabe, la transición hacia una nueva metamorfosis.
