Es de público conocimiento la tragedia aérea que consternó al mundo futbolístico y a la opinión mundial, realizando diversas muestras de solidaridad y apoyo a los sobrevivientes y familiares de la víctimas del Chapecoense, aquellos que se quedaron en la puerta de un sueño al estrellarse el avión en el que viajaban a tan sólo 5 minutos del aeropuerto de Medellín, Colombia, su destino.
Eso nos lleva a investigar sobre otras tragedias de la misma índole a nivel mundial, y a recordar a aquellos que ya integraban la lista de Héroes para la opinión pública internacional, como hoy lo hacen Danilo, Cleber Santana y Kempes.
La primera es recordada mundialmente por el equipo y lo que significó para el mismo, además de la pérdida humana. Data del año 1949, y el avión que regresaba de Lisboa, donde habían participado en la despedida de un ícono del Benfica, Xico Ferreira.
Se trata del Grande Torino, conocido así por su supremacía en aquella época, dado que desde 1942 era dominador absoluto del Calcio, ganando 7 títulos.
El avión, debido a la escasa visibilidad -según se desprende de investigaciones de la época-, se estrelló contra la parte trasera de la Basílica de Superga, ubicada en la colina de Turín. La colisión dejó como saldo 31 víctimas fatales, entre los que había periodistas, directivos, el entrenador, tripulación y 18 jugadores del conjunto tano.
No solamente fue un golpe duro para los Granata, sino también para la Selección italiana, ya que la azzurra se preparaba con vistas al Mundial de Brasil de 1950; y de los 11 jugadores titulares, 10 eran del Torino.
Las muestras de solidaridad no se hicieron esperar, ya que Torino fue declarado Campeón, y los clubes que lo enfrentaban presentaban formaciones juveniles.
Al año siguiente, y aún con el temor de la tragedia a flor de piel, el seleccionado italiano viajó hacia Brasil en barco a disputar la Copa del Mundo. El Grande Torino, a partir de ahí, se convirtió en mito y nunca más pudo ejercer el poderío que demostró antes de Superga.
En el año 1956 encontramos lo que vulgarmente se llama desgracia con suerte. El avión que trasladaba a la plantilla del CD Málaga para disputar un partido por la liga de segunda división frente al Tenerife, empezó a arder llegando al Aeropuerto de los Rodeos, y tuvo que realizar un aterrizaje forzoso sobre un campo.
El avión se partió a la mitad, aunque increíblemente la tripulación de 33 pasajeros y 5 tripulantes salió ilesa, no así una de las personas que vivían en el campo donde tuvo que hacerse el aterrizaje forzoso.
En esa plantilla, en la que figuraban Emery, Castillo o Del Río entre los más afortunados, debieron disputar el partido tan sólo dos días después, y decidieron volverse en barco.
En 1958 tuvo lugar lo que se llamó la Tragedia de Múnich. Un equipo histórico como el Manchester United tendría uno de sus peores momentos en la historia.
Aquel equipo, conocido como los Bubby Babes, en representación de su técnico Matt Busby, volvía de Belgrado de disputar un encuentro perteneciente a la Copa de Campeones, dejando afuera del certamen al Estrella Roja, uno de los dos equipos más importantes de la por entonces Yugoslavia, y a sabiendas de que le correspondía enfrentar al siempre difícil AC Milan si querían hacerse con el trofeo.
La aeronave, un Airspeed Ambassador que los traía de regreso, tuvo que hacer una parada en el Aeropuerto de Munich-Reim para repostar combustible. El piloto de la nave, James Thain, intentó dos veces hacer el despegue pero era difícil por la helada de la pista y el frío de aquel día. Al tercer intento, la aeronave logró despegar aunque sin ganar la altura necesaria, lo que provocó que se desbande y termine colisionado contra una granja, dejando un saldo de siete jugadores fallecidos.
Al piloto, las autoridades de Alemania Occidental decidieron juzgarlo inculpándolo de haber sido el responsable, aunque terminaría siendo declarado inocente.
Ese equipo de Manchester tuvo un joven sobreviviente que luego pasaría a la historia grande del fútbol, Sir Bobby Charlton.
Los Diablos Rojos lograron recomponerse rápido y marcar la historia.
En 1960, el seleccionado masculino de fútbol de Dinamarca sufrió la pérdida de ocho jugadores debido a un mal despegue del avión en el aeropuerto de Kastrup, en Copenhague.
El primero de los desastres aéreos que toca de cerca al fútbol sudamericano es la comúnmente llamada Tragedia de Green Cross, el equipo chileno volvía de jugar contra Provincial Osorno.
El equipo iba dividido en dos grupos, el primer avión realizaba varias escalas, por lo que la mayoría esperaría al segundo, que iba directamente a Santiago De Chile, decisión que les costaría la vida.
Según informes, el avión desapareció a las 19:35 del 3 de abril de 1961. A partir de ese momento,se comenzó un patrullaje aéreo y terrestre para dar con la aeronave y la tripulación.
Al cabo de 8 días de búsqueda y luego de estar a punto de abandonarla sin ningún tipo de resultados, Sergio Resle –capitán- y René Sugg -copiloto de una aeronave LAN- dieron aviso de haber encontrado los rastros siniestrados del avión. Según las coordenadas que dieron los pilotos -que volaban a 2000 pies de altura-, avistaron el ala y parte del fuselaje de dicha máquina. La ubicación era en el cordón montañoso del Nevado de Longaví. Se cree que chocó contra el ala nordeste del Cerro Las Ánimas, y que se prendió fuego, por lo que no hubo sobrevivientes.
Los jugadores fallecidos fueron velados en el edificio de la Asociación Central de fútbol el 17 de abril de 1961, en el salón de Honor, en un acto sin precedentes para la sociedad chilena.
En el año 2015, los montañistas Leonardo López y Lower López –quienes encabezaron un grupo de 10 personas y ya habían hecho dos expediciones en 2014-, dieron con los rastros del avión en un lugar distinto al que se había ubicado en 1961. En el lugar se encontró parte del fuselaje y hasta restos óseos. Al ser consultado, el ex jugador de la época de Green Cross, Carlos Al-Knor, admitiría que el funeral en 1961 fue simbólico, y en los ataúdes había cenizas que se habían encontrado en el lugar de Las Ánimas.
La nueva ubicación no fue divulgada para que no sea utilizado como lugar turístico o prevenir saqueos, además de ser un lugar de difícil acceso.
El Green Cross seguiría jugando con su nombre hasta 1965, año en el cual se mudaron a Temuco y se fusionaría con Deportes Temuco.
El 26 de septiembre sería una nueva fecha negra para el fútbol sudamericano, una que tiene hasta tintes políticos y promesas que en cualquier momento se pueden conocer novedades, a pesar de que ya estamos por llegar al triste 40 aniversario en pocos años.
Se trata de la Tragedia de Viloco, en la cual un avión que transportaba al plantel de The Strongest, en casi su totalidad, se estrelló en la zona montañosa de La Cancha, cuando volvía de disputar un torneo en el que jugaron algunos equipos bolivianos, el club Petroleros y también Cerro Porteño.
Ese mismo día, Bolivia sufre un golpe de Estado en el cual el General Alfredo Ovando Candia derrocaba de sus funciones al presidente Luis Adolfo Siles Salinas, por los que el pueblo boliviano estaba en máxima alerta.
Fue a las 14 horas que se embarcaron en el Lloyd aéreo boliviano que los llevaría hasta La Paz. Sin embargo, a las 15:15 la torre de control del aeropuerto El Trompillo, pierde señal con la aeronave, y 15 minutos después se le da aviso de la desaparición a los aeropuertos de La Paz y Cochabamba. Aunque no fue hasta el día siguiente que confirman la desaparición del avión y una comisión encabezada por el directivo José Luis de Aranguren declara estado de alerta y comienzan la búsqueda.
Rumores de la población dan cuenta de una colisión en Viloco y hacia allí llegaron, una zona minera de difícil acceso y que recién a las 23 hs pudieron dar con los restos siniestrados de la aeronave, la cual tenía rastros de haberse incendiado y explosionado.
Tres días y 3000 voluntarios fueron necesarios para recuperar los restos de los jugadores, tripulantes, directivos y prensa que viajaban en el vuelo.
En el equipo se encontraban muchos jugadores argentinos y paraguayos, y hacia allí viajaron los familiares a dar el último adiós.
El conjunto pidió a la Asociación de Fútbol retirarse del torneo de ese año, pedido que fue otorgado, y comenzó su refundación de la mano de Rafael Mendoza Castillón. Mucho tuvo que ver Boca Juniors, quien cedió gratuitamente algunas de sus juveniles promesas como Fernando El Zorro Bastida y Víctor Hugo Romerito Romero. Además, Alberto José Armando realizó una serie de amistosos en los cuales fue donado la recaudación al club del altiplano.
Una de los desastres menos conocidos es el del Pakhtakor T, un equipo que estaba comenzando a hacer historia y que se vio sumido en la desgracia.
Dicha institución era originaria de Tashkent, la cápital de Uzbekistán, y fue el primer equipo en competir en la Primera División de la URSS.
El 11 de agosto, el equipo volaba hacia la ciudad de Minsk, donde enfrentaría al Dnipro.
Ese día, el equipo se subió a un avión comercial junto a otros 100 pasajeros. El tráfico aéreo iba a ser especial, ya que el líder de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev, volaría hacia Crimea, lo cual hizo que surquen una ruta especial para él, y reduzcan las rutas aéreas al resto de los vuelos.
El conjunto algodonero hizo una escala en Donetsk, para luego emprender vuelo hacia Bielorrusia, aunque nunca llegó al destino final.
Mientras sobrevolaba la zona de Dniprodzerzhynsk, la torre de control cae en cuenta que los controladores aéreos lo habían puesto en la misma ruta que un avión comercial que volaba hacia Moldavia con cien pasajeros, y que las chances de colisión eran altas.
Los controladores aéreos ponen manos a la obra para instruir a la otra aeronave de que levante vuelo y así evitar una catástrofe. El alivio llegó cuando escucharon “entendido” del otro lado, pero no había sido ni el avión que se dirigía a Moldavia, ni el que transportaba al Pakhtakor, sino un tercero que sobrevolaba la zona y había escuchado la modulación.
El resultado de esa suma de negligencias fue un choque a más de 10 mil metros de altura y en el que no hubo sobrevivientes de ninguna aeronave. La prensa nacional tardaría una semana en dar algún tipo de noticia sobre el equipo.
El equipo representativo de 15 millones de personas tardo sólo 12 días antes de volver a disputar un encuentro, con jugadores prestados de otras plantillas.
Luego de recorrer Uzbekistán, la conmoción nos vuelve a rozar de cerca, más precisamente en Lima, Perú.
Fue el 8 de diciembre de 1987, y el equipo de Alianza Lima volvía de Pucallpa de jugar un partido contra Deportivo Pucallpa por el torneo local.
Luego de la victoria, el conjunto había fletado un vuelo chárter, un avión Fokker de la Marina de Guerra de Perú, el cual se precipitó en el mar en las cercanías del aeropuerto Jorge Chávez, cerca de la localidad de Ventanilla.
El único sobreviviente fue el piloto de la nave Edilberto Villar Molina, quien fue encontrado lejos de donde habían buscado el avión, señal de que la coordenada de desaparición que habían dado era errónea.
El club terminó jugando con juveniles y algunos jugadores que fueron prestados desde el Colo Colo. El público chileno se mostró especialmente solidarizado y sensible a la tragedia, ya que le hizo recordar a la tragedia de Green Cross y de los jugadores uruguayos de rugby.
Desde el momento del hecho, han corrido rumores y suspicacias sobre los motivos de la precipitación.
La primera causa habla de la inexperiencia del piloto para volar de noche.
La más fuerte de las hipótesis hablan de corrupción, drogas y problemas políticos.
El Colourful 11 fue una iniciativa social-deportiva del trabajador social neerlandés-surinamés Sonny Hasnoe, que había convocado a futbolistas neerlandeses-surinameses que hayan salido de lugares desfavorables, para que sean el espejo de chicos con bajos recursos, para que se puedan reinsertar en la sociedad, y se vean estimulados a progresar. Entre los jugadores que participaban del Colorido 11, encontramos glorias como Ruud Gullit,F rank Rijkaard, entre otros. Ellos no pudieron participar del amistoso programado para esa fecha por negativa de los clubes, así que viajó un grupo de segunda línea.
La fatalidad que tuvo lugar el 7 de junio de 1989 se debió a la poca visibilidad, producto de una densa niebla, aparte del error del piloto de 66 años (edad prohibida para tripular un avión de esas características) en omitir las señales de alerta sonoras y lumínicas mientras realizaba el descenso de la nave.
La última tragedia que nos toca ocupar, nos conduce a la Selección de Zambia.
Fue en el año 1993, el 27 de abril, que la selección africana viajaba disputando las Eliminatorias que daban pasaje a la Copa Mundial de 1994.
El vuelo, que los dejaría en Dakar para jugar contra Senegal, tenía preparadas tres paradas para repostar combustible.
Tan sólo llegar a la primera parada se detectaron problemas en el motor, a los que se ignoró y siguieron vuelo. Al despegar, el motor izquierdo se prendió fuego, y el derecho fue apagado por el piloto para perder impulso en el despegue, lo que dio como saldo que el avión cayera al mar a 500 metros de la costa.
El seleccionado estaba encaminado para llegar al mundial de USA 94 de la mano de su figura Kalusha Bwalya, quien jugaba en el PSV Eindhoven holandés y había arreglado ir por su cuenta, hecho que le costó la salvación.
Afortunadamente, a nuestra Nación no le tocó vivir una tragedia de este tipo desde el ámbito futbolístico, aunque sí estuvo cerca. Fue en el año 1967, cuando Racing Club viajó a Colombia para jugar con el Deportivo Independiente Medellín.
El viaje era de Bogotá a Medellín, una hora de trayecto por vía aérea, y el por entonces defensor de Racing, Roberto Perfumo, se encargó de narrar esa odisea.
“Se trataba de un vuelo de una hora; de pronto, cerca de Medellín, el avión descendió como quinientos metros metros de golpe y a toda velocidad. ‘¡Nos matamos!”, gritó el Bocha (Humberto) Maschio. Cuando todo parecía perdido, el piloto consiguió enderezar el avión. Tras unos minutos, los gritos se silenciaron… Cuando llegamos al aeropuerto fuimos al bar y el mozo preguntó qué íbamos a tomar. Pizzutti dijo ‘traiga whisky para todos’, y bebimos en silencio.
Al día siguiente, en el desayuno, nos hizo una propuesta de líder, ‘el que esté todavía asustado puede decírmelo y yo no lo pongo; a las 6 salimos para la cancha; tienen tiempo de pensarlo’. Por supuesto, nadie dijo nada y ya queríamos salir para la cancha y golear a los rivales. Ganamos 2-0 al Independiente Medellín en su cancha… y luego salimos campeones”.
Esta columna, y quien escribe, trata de homenajear y recordar a aquellos que siguiendo su profesión, su pasión, sus sueños, fueron a jugar antes a las canchas que hoy visitan los jugadores de Chapecoense.
Todos ellos hoy patean desde una nube.
excelente no ta axelito!!!! completísima como siempre,un orgullo leerte crack!!!! cuantos datos que uno no sabía,vuelvo a repetir,un placer leerte!!!!!
¡Excelente laburo, Axel!
Muy bien Axel! muy buena investigación 😉