En una jornada llena de partidos internacionales, se jugaron dos amistosos: Inglaterra goleó a Estados Unidos por 3 a 0 y Alemania hizo lo propio con Rusia en Leipzig.
En el Wembley Stadium de la bella ciudad de Londres, con amplia superioridad, los Three Lions le ganaron por 3 a 0 a Estados Unidos. De todas formas, para destacar el desempeño del arquero norteamericano, Brad Guzan, que aunque no pudo contener el balón en tres oportunidades, sí sacó muchos más.
Otro acontecimiento: fue el último partido de Wayne Rooney en la selección inglesa, que se despidió luego de jugar 120 partidos y anotar 53 goles.
Inauguró el marcador Jesse Lingard a los 25′. El delantero tiró a colocar desde la izquierda y la pelota se coló por el ángulo izquierdo de Guzan.
Tan sólo dos minutos más tarde fue Trent Alexander-Arnold quien puso el 2 a 0, gracias a un remate cruzado de derecha.
Hubo que esperar hasta los 77′ para que Inglaterra liquidara el partido. Fue en ese minuto cuando Callum Wilson recibió un centro desde la izquierda y, con la pierna ídem y de primera, envió el balón bajo los tres palos bien defendidos por Guzan.
Por el lado de los Yanks, apenas un tiro de Christian Pulisic que estuvo muy cerca y, más tarde, un cabezazo del mismo jugador que tampoco tuvo la suerte de mover el marcador.
Fue entonces un justo triunfo para los de Southgate, que ganaron en Wembley.
Por otra parte, en el Red Bull Arena de Leipzig, Alemania recibió a Rusia y también lo goleó por 3 a 0 en apenas cuarenta minutos de juego.
Es que los de Löw se pusieron en ventaja a los 8′ de comenzado el encuentro, cuando Leroy Sané fue asistido por Gnabry, que se la dejó servida al delantero y éste sólo tuvo que empujarla con su pie derecho.
Los rusos apenas llegaron al arco rival, especialmente gracias a Erokhin y Gazinskiy, pero claramente no pudieron materializar sus intenciones.
A los 25′, un córner desde la derecha llegó a los pies de Niklas Süle, y fue él quien puso el 2 a 0 aprovechando la mala marca de los rusos, que lo dejaron al defensor con tiempo de bajar la pelota y rematar, con tranquilidad y poca fuerza, con la diestra.
Un pase de Kai Havertz a Serge Gnabry a los 40′ hizo que el delantero pusiera cifras definitivas al partido, quien de zurda, marcó el tercero y último para los teutones.
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