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#Ídolos: “El Víctor” Legrotaglie

Si hablamos de jugadores que dejaron una huella imborrable, Víctor Legrotaglie allanó un camino. Tal es así, que el estadio de Gimnasia y Esgrima de Mendoza lo homenajea con su nombre y es considerado el futbolista mendocino más grande de todos los tiempos. Sí, por encima de Enzo Pérez y Gonzalo “El Pity” Martínez.

“El Víctor”, “Patón”, “Maestro” o ¿por qué no? “Calzoncillo”, nació en el departamento de Las Heras, en Mendoza, y hace algunos días (el 29 de mayo) cumplió 83 años. Sus primeros pasos los dio en la Liga Lasherina, activa en aquellas épocas; intentó jugar en Huracán y en Independiente Rivadavia, pero lo rechazaron por ser muy delgado. Al Lobo mendocino llegó gracias a un conocido que se desempeñaba en la institución, Carlos Cardone, a quien, afortunadamente, comenzó llevándole el bolso de entrenamiento para poder entrar gratis al encuentro por el Torneo Vendimia contra Gutiérrez.

En 1953, con 16 años, Alfredo García lo hizo debutar a los 20’ del segundo tiempo. Hizo dos goles en la victoria 6 a 2. Algunos meses más tarde firmó su primer contrato profesional. Pasó a Chacarita Jrs. que militaba en la segunda categoría del fútbol argentino y salió campeón. Entre idas y venidas al club Mensana, logró su primer título en 1964.

Enfrentó a los grandes. En el Torneo Confraternidad de 1965 se midió con Boca Jrs. y en un partido no oficial se calzó la del Tomba para estar cara a cara con “O Rei”, Pelé.

En la segunda mitad de 1967, partió a San Luis a jugar el Torneo Regional y el Torneo Promocional. En su regreso a Gimnasia formó parte del plantel “Los Compadres”, el dream team del interior. Se dio el gusto de jugar tres campeonatos de manera consecutiva y golear a San Lorenzo de Almagro en el Viejo Gasómetro y a Newell’s Old Boys; ambos por 5 a 2.

Su fama llegó al viejo continente, tal es así que el mismísimo Real Madrid y el Internazionale Milano lo quisieron en sus filas. El Cosmos de Estados Unidos, donde jugaban Beckenbahuer y Pelé, también anduvo tras sus habilidades. Rechazó todas las propuestas.

Fue amigo del “Intocable”, Nicolino Locche, su vecino de la infancia y en ocasiones se acompañaban a los eventos deportivos.

“El Víctor” hizo 66 goles de tiro libre; 12 fueron olímpicos; aunque la marca no aparece de forma oficial en la FIFA. Sus historias de leyenda, se perpetran en las tribunas del estadio que lleva su nombre. “El Maestro” aún sueña con ver al Blanquinegro, actualmente en la Primera Nacional, pisar la elite del fútbol argentino.

Por María González

Foto: Twitter Gimnasia de Mendoza

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