El Loco del gol que se convirtió en uno de los máximos referentes de la hinchada Rojiblanca en el último tiempo se supo ganar el corazón de la hinchada y hoy disfruta de su querido club desde una de las plateas.
El Loco llevado en andas por la hinchada de Unión. Fuente: Diario El Litoral.
Si bien como todos saben, el máximo goleador de la rica historia de Unión es el Turco Fernando Alí, de él ya hemos subido un informe en su momento (http://www.rincondefutbol.com/idolos-el-tatengue-tuvo-su-propio-ali/). Hoy nos centraremos en un tipo normal, humilde, de los del interior del país que llegaron a primera en busca de su sueño. Que además de jugar al futbol, lo hizo en el club de sus amores, al cual una vez no le quiso hacer un gol y erró a propósito su remate.
Nacido un 28 de diciembre de 1971 en Paraná (Entre Ríos), José Luis Marzo llegó al Tate tras un amistoso que el equipo de Carlos Mazzoni y Carlos Trullet disputó frente a Patronato. Marzo deslumbró con dos goles en el primer partido, y en la revancha volvió a convertir. La gente de Unión rápidamente se contactó con sus pares entrerrianos y se hicieron con los servicios del delantero que debutó en primera división un 10 de noviembre de 1991 frente a Rosario Central. Unión perdió ese partido por 1 a 0.
Al año siguiente el equipo descendió a la B Nacional en donde Marzo se mantuvo tres años en la institución. Ese último año logró convertir 20 goles en 34 partidos, hecho que lo llevó a ser transferido nada más ni nada menos que al América de Cali de Colombia, uno de los más grandes elencos del país cafetero.
Allí sus presentaciones son fueron las esperadas, por lo que Trullet decide repatriarlo para el Clausura 96 de la B Nacional, donde Unión se había armado con mayoría de pibes del club y apostó fuerte por Marzo para ser uno de los caudillos de aquel equipo.
fuente: Diario El Litoral.
El Loco volvió al nivel demostrado años atrás, convirtió 16 goles en 22 partidos y fue sin dudas uno de los estandartes del elenco que logró el ascenso tras coronarse en el octogonal final venciendo a Instituto de Córdoba.
Se mantuvo defendiendo los colores de su corazón hasta 1998, momento en que emigró a Lanús. Jugando en el Granate no tuvo el rendimiento esperado y comenzó a pasar por diferentes equipos.
Antes de partir a Córdoba se dio el particular hecho que comentábamos líneas atrás. Fue un 16 de noviembre de 1998, se enfrentaron Unión y Lanús en Santa Fe, el Grana ya ganaba 3 a 2 cuando Marzo (que había ingresado en el segundo tiempo), tuvo a tiro el cuarto gol de la visita, pero ante la salida del arquero Rodrigo Llinas decidió ensayar una “picada” de pelota, cuando obviamente era más fácil hacer el gol, que errarlo. Al respecto dijo el paranaense: “A muchos les dije que me traicionó la cancha, la noche estaba medio fea, la cancha resbaladiza, metí cualquier ‘verso’. La realidad es que en esa posición no erraba, con la camiseta de Unión no erraba. Fue todo mentira lo que dije. Hasta el día de hoy me mando mensajes con Nicolás Russo, nos respetamos mucho, pero después de esa jugada en la que Huguito Morales me dio un pase milimétrico, se me bajó la persiana en Lanús. Cuando estaba mano a mano con pelota dominada, en el arco de las Bombas, en un segundo se me pasó toda la película de Unión por la cabeza, el ascenso, los problemas que superamos, los goles que festejaba en la tribuna y los que festejaba en la cancha, todo se me pasó en un segundo. O la clavo o la tiro afuera… ¡Y la tiré afuera!… Me acuerdo que termina el partido y se me sienta Hugo Morales, que es el padrino de Agustín, y me dijo ‘¡h… de p… lo erraste adrede!’, le pegué mal, le dije. De ahí en más me costó el doble, me lo hicieron pagar caro”.
Luego de Lanús, vinieron los pasos por Talleres de Córdoba, Los Andes, Ben Hur de Rafaela, Patronato de Paraná, Atlético Paraná, Gimnasia y Esgrima de Mendoza, Sportivo Belgrano de San Francisco, nuevamente Patronato, Crucero del Norte, Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay, y se retiró en Atlético Paraná en el año 2011.
En 2006 tuvo la posibilidad de regresar a su querido Unión, pero el técnico que en su momento lo había acercado a la institución, no permitió que esto se diera y el Loco no pudo regresar a Santa Fe.
Fueron 63 los goles que convirtió con la casaca Rojiblanca, debajo del Fantasma Ruíz y del Turco Alí, pero sin dudas el paranaense se ha ganado el corazón de la hinchada Tatengue. Ídolo y referente de un plantel que quedará para siempre en el recuerdo de los hinchas como lo fue el del ascenso de 1996.
Integrante de una de las mejores duplas ofensivas que tuvo Unión junto a Darío Cabrol. Dejando de lado muchas cosas por su amado Unión y demostrando el verdadero sentido de pertenencia que por estos tiempos tanto se reclama.
Hoy ya retirado del ambiente futbolístico, alienta al Tate desde las tribunas.
Fuente imagen destacada: Diario El Litoral.
