Frío, lluvia y pocas luces

Deportivo Merlo y Defensores Unidos igualaron 0 a 0 en el partido de ida de las semifinales por el reducido de Primera C en el Estadio José Manuel Moreno con una cancha totalmente embarrada debido a las intensas lluvias.

Tarde de frío, lluvia y pocas luces en el parque San Martín, donde el conjunto dirigido por Gabriel Manzini, octavo en el campeonato regular, no logró romper con empate en cero frente al equipo de Zárate. El mal estado del campo de juego condicionó todo el partido.

Merlo intentó imponer condiciones en el primer tiempo, trató de buscar alternativas, por momentos combinando y con presión alta en la salida dificultosa del rival o, mayormente, apostando a las pelotas divididas y saltándose fases de juego. Tuvo las ocasiones más claras de gol por medio de los delanteros Nicolás Straccia y el colombiano Oswaldo Blanco, pero el arquero Juan Figueroa se mostró firme en el arco visitante y las controló a todas.

Por el lado del CADU, escolta del campeón Sacachispas en el torneo regular, sólo mostró aproximaciones por medio de los tiros libres y algún que otro córner, pero nunca nada concreto.
Mariano Seco, juez del encuentro, se llevó el protagonismo debido a sus errores arbitrales, como el penal no cobrado a favor de Merlo luego de una mano evidente del defensor central Facundo Laumann en el área de CADU, o las exageradas simulaciones de Cristian “El Ogro” Fabbiani, de las cuales abusó durante todo el partido (cabe mencionar que fue amonestado a los 3 segundos de juego por una dura entrada a Javier Velázquez. Sí, a los 3 segundos del primer tiempo). Estas equivocaciones por parte de Seco influyeron directamente el juego e hicieron que se haga mucho más trabado y con más roce entre los jugadores.
Durante el entretiempo, la lluvia comenzó a intensificarse y castigó el campo mucho más.

En el complemento se vivió un partido mucho más friccionado en la mitad de la cancha, y polémico por momentos. Fue mucho coraje por parte de los jugadores y muy poco funcionamiento.
Lamentablemente, ninguno de los dos equipos pudo plasmar su plan de juego correctamente, sino que las únicas variantes que pudieron encontrar fueron los pelotazos a las espaldas de los defensores laterales rivales para que corran los extremos. Eso sí, la pelota nunca rodó adecuadamente en el partido; se vivía frenando en medio de los inmensos charcos que permanecían en el terreno. Sobre el final del partido, el defensor Nahuel Sica salió expulsado por doble amonestación por protestas constantes al árbitro.

El partido no debió disputarse bajo las terribles condiciones en las que estaba el terreno. Otro desacierto de Seco y su terna.
Esto produjo demasiado desgaste en los jugadores, pero tendrán hasta el próximo sábado para reponerse cuando se disputará el partido de vuelta en Villa Fox, en el cual se definirá uno de los finalistas que sueña con el ascenso, y enfrentará a San Miguel o Midland, protagonistas de la otra semifinal.