Barcelona vivió la semana pasada una mala muy actuación frente al PSG francés, que le hizo replantearse desde la clasificación a cuartos de final de Champions League hasta la continuidad del técnico Luis Enrique al finalizar la temporada. Pero no fue la primera vez que el Camp Nou fue testigo de una hazaña, si es que el equipo de Pique, Neymar, Suárez y Messi logra dar vuelta la historia.
Corría el año 1984 y se enfrentaban por Recopa de la UEFA el Barcelona FC y el Metz francés. El partido de ida se disputaría en el Stade Saint-Symphorien y la vuelta se disputaría en España.
El partido de ida fue un trámite para el Barcelona, que se volvía a casa cargando un 4-2 a favor que prácticamente le resolvía la llave y lo ponía a pensar en la siguiente fase más que en el partido de vuelta, dando por descontada la clasificación.
Los Grenats no tenían en su pensamiento dar vuelta la serie, aunque sí no volver a ser humillados como les sucedió en su propia casa. Más aún cuando toda la semana previa fue una “burla” de parte barcelonista.
Bernd Schuster, ícono de los blaugranas había declarado que les daría un jamón a sus oponentes en agradecimiento por el regalo que le habían hecho en Francia, y el vicepresidente del Barcelona ofreció regalarle entradas a todos los jugadores del equipo para que vean la siguiente ronda. Del lado galo, tampoco había mucho optimismo en dar vuelta la serie, tan así que sólo viajó un periodista de prensa escrita y un locutor de radio a cubrir el partido. La televisión francesa no mostró interés en realizar la cobertura.
Ya en el partido de vuelta, bastaron 33 minutos para que José Carrasco meta el uno a cero y ponga la serie en un sentenciable 5-2, invitando a los Granates a que hagan 4 goles en menos de una hora, lo que todos suponían irreal.
Pero hubo un nombre propio que hizo posible el milagro: Tony Kurbos. El esloveno con nacionalidad alemana empató el partido en el minuto 38. Tan sólo un minuto después volvió a disparar ocasionando el gol en contra de Vicente Sánchez, defensor blaugrana y, así, se fueron al descanso.
En el vestuario, el clima invitaba a seguir luchando por lograr lo épico, lo improbable, dándose cuenta que nadie en la defensa barcelonista era capaz de parar la velocidad y la buena noche que demostraba Kurbos. Y así salieron a afrontar la segunda parte.
20 minutos le bastaron al delantero de bigotes para volver a anotar y enmudecer 24 mil espectadores. El milagro estaba a un gol, el demostrar que estaban vivos estaba a un sólo gol. Y el encargado de marcar ese gol, con la capacidad de ponerle el suspenso necesario como para que la hazaña sea aún más grande, fue el propio Kurbos, a los 85 minutos.
El arquero Etorre no participó de los festejos, aunque su desahogo fue contra Schuster, a quien se dirigió corriendo y le grito cara a cara: “¿Dónde está tu jamón ahora?”. El guardameta había sido vapuleado y acusado como principal responsable de la goleada propinada en Lorena. En tanto, los medios catalanes no tuvieron piedad contra el equipo de Terry Venables. El diario Mundo Deportivo título “MIÉRCOLES DE CENIZA” y señaló el no haber excusas, fue un desastre absoluto.
El Metz quedaría eliminado en la siguiente ronda frente al FC Dynamo Dresden, aunque poco importaría: ya habían escrito una página histórica más grande que la de haber salido campeón.
Vincent Bracigliano, jugador del Metz, destacaría tiempo después una metáfora para la reflexión:
“Después vimos a los jugadores del Barcelona irse en sus Porches y Ferraris, mientras nosotros conducíamos Citroën 2CVs y Renault 8s. Esa imagen se me quedó. No éramos comparables, pero esa noche el 2CV batió al Ferrari”.
Y hubo un día en el que el Citroën 2cv le ganó a la Ferrari.
Foto principal: MoselleSport.fr
Impecable Axel !!! Me hiciste acordar que el árbitro del partido de ida, el holandés Keizer, fue el mismo que dirigió en México 1986 el partido entre Argentina y Italia: juzgó como intencional una mano de Jorge Burruchaga en el área y cobró penal para la “Azzurra” (después Altobelli, que no es el GRAN Darío, convirtió el gol)