Pablo Pérez, capitán y referente de Boca en los últimos años, fue anunciado ayer como nuevo refuerzo de Independiente. Una partida anunciada y que pasó desapercibida en el Xeneize.
Cuando corrieron los rumores de una posible partida de Nahitan Nández, tras la final de la última Copa Libertadores, las redes sociales del Mundo Boca estallaron pidiendo que el jugador no se marche. Algo similar ocurrió cuando el run run anunciaba el alejamiento de Wilmar Barrios, cosa que finalmente sucedió. Y podría mencionarse casos similares, como el de Cristian Pavón antes del mundial (cuando el rendimiento del siete era superlativo) o en su momento de Darío Benedetto.
Pero hay otros jugadores que están en la vereda opuesta de las situaciones narradas. No solo no se reclama su permanencia sino que sus partidas son vistas con buenos ojos. En el caso del club de la Ribera un ejemplo de esto es Pablo Pérez. Luego de la dolorosa derrota con River, se rumoreó mucho acerca de su partida al fútbol brasilero. Fueron pasando los días y esta posibilidad se desvaneció. Pero ayer Independiente le dio la bienvenida como nuevo refuerzo (a préstamo y con obligacion de compra) y así puso punto final a un ciclo de cuatro años en Boca.
Tranquilamente podría decirse que Pablo Pérez fue una de las “víctimas” de la frustrante definición de la Copa Libertadores 2018. Hubo protagonistas que quedaron marcados por el hincha Xeneize tras la histórica definición. Guillermo Barros Schelotto, Fernando Gago, Cristian Pavón y el ex volante de Newell’s fueron blancos de las mayores criticas. A Guillermo le costó la renovación, por caso, y al entonces capitán los pedidos para que se vaya.
Cuando a fines de diciembre rompió el silencio, y arreciaban los rumores de una partida, Pérez manifestó que” llegué a una semi y a una final de Copa, quiero la revancha ya. Me quiero ir ganando la Libertadores”. El volante sabía, en el fondo, que su ciclo en Boca estaba cumplido, y que apenas llegara una oferta, el club lo negociaría.
Emigrar era una posibilidad que no le desagradaba del todo a Perez. El día a día del Xeneize lo había cansado; los hinchas ya no lo toleraban e iba a partir de muy atrás en la consideración del nuevo cuerpo técnico. Quizás la oferta de Independiente fue lo mejor para todas las partes.
Dueño de una técnica sin discusión, y también de un temperamento que le jugó varias malas pasadas (siempre jugó al limite de la segunda amonestación por sus constantes protestas y fue expulsado a los 12´del PT en un clásico con River), Pérez vivió buenas y malas en el Xeneize. Llegó a principios del 2015 y rapidamente se metió entre los titulares del equipo de Rodolfo Arrubarrena. Fueron cuatro años intensos donde logró la nada despreciable cantidad de cuatro títulos, tres torneos locales y una Copa Argentina.
Pero también fue protagonista (junto a Pavón y Gago) de las derrotas mas dolorosas de los últimos años: River (Copa Libertadores 2015), Independiente del Valle (Libertadores 2016), River (Supercopa 2018) y nuevamente River (Libertadores 2018). Una mochila muy pesada como para ser olvidada.
Tuvo una ascendencia dentro del plantel (cosa que nunca pudo generar con la gente) que le valió la capitanía de Boca ante la ausencia de Fernando Gago por lesión. Y ni el regreso de Carlos Tevez le quitó la cinta.
Vale decir que tuvo momentos futbolísticos muy buenos, que incluso le valieron dos convocatorias a la selección de Jorge Sampaoli (estuvo en la primera lista de 35 para Rusia). Nunca se escondió, siempre pidió la pelota y aún en momentos de poca lucidéz, de sus pies podía esperarse alguna genialidad.
Aunque no tuvo la banca del hincha de Boca, tampoco nunca fue reprobado. Pero hubo un hecho que quizás quebró la relación con los fanáticos. En abril pasado Boca empataba un partido clave para la obtención del bicampeonato ante su escolta Talleres, en la Bombonera. Pero en el minuto 47 del complemento, Perez estampó el 2-1 definitivo. Salió corriendo hacia la platea e insultó de manera grandilocuente al sector. Luego se justificó diciendo “tenía muchísima bronca, porque fue uno de los peores partidos que jugué. Hacer un gol en un partido trascendente como este, el gol sobre el final…”. Y remarcó que sus palabras estaban dirigidas hacia un hincha en particular…Los hinchas Xeneizes nunca se lo perdonaron, aunque tampoco se lo reprocharon en los siguientes partidos.
Dueño de frases polémicas (“A mi nadie me gana de guapo”, “Si nos va en la Copa, tenemos el campeonato en la puerta”, entre otras), fue uno de los mas afectados por las agresiones que sufrió el micro que trasladaba al plantel de Boca para la revancha con River por la final de la Copa. Su imagen con el parche en el ojo izquierdo quedó en la retina de todos.
River, podría decirse, marcó un antes y un después en la historia de Pablo Pérez en Boca. Al conjunto de Nuñez le marcó su primer gol con la camiseta auriazul en el clásico de 2015, donde el Xeneize se impusó 2-0 en la Bombonera. Y la derrota en la final de la Libertadores marcó el fin de su ciclo en el club de la Ribera. No habrá revancha para él. Se fue en silencio y silbando bajito.
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