Tiempo de definición en Francia y el último título de la temporada del fútbol galo será un enfrentamiento entre David y Goliat. Desde las 16 hs. de la Argentina, París Saint Germain y Angers van a jugar la centenaria final de la Coupe de France.
Este certamen – conocido originalmente como Charle Simon – se disputó por primera vez en 1917 y tiene a Olympique de Marsella y PSG como los clubes más ganadores, con 10 conquistas.
El humilde Angers vive un momento histórico, ya que jugará la segunda final de copa de su vida. En 1957 alcanzó el partido decisivo ante Toulouse, pero se quedó con las manos vacías al caer 6-3.
Los capitalinos tienen mucha más experiencia porque son los vencedores de las últimas 2 ediciones y llevan un total de 14 finales disputadas.
El historial general tiene dominio parisino, ya que aventaja a los del Loira 9-3 (7 igualdades). Solamente una vez jugaron por la Copa de Francia y fue en la instancia de semifinales de la edición 2010/11: PSG se impuso 3-1 por los goles de Mathieu Bodmer, Nené y Guillaume Hoarau; Sebastien Renouard achicó la brecha para el equipo que en aquella época entrenada Antoine Kombouare.
Los últimos 20 juegos del PSG por la Ligue1 indican 16 triunfos, 3 empates y 1 sola caída. Aún carga con su cruz por la dolorosa eliminación de la UCL a manos de Barcelona, además del título liguero de Mónaco, que le cortó la hegemonía de 4 campeonatos consecutivos. En el medio festejó la Coupe de la Ligue con una goleada sobre los del Principado, pero los objetivos mayores no fueron alcanzados.
La chance de un nuevo título está al alcance de la mano. Sólo puede evitarlo un pequeño que quiere vestirse de gigante. Porque Angers coqueteó con el peligro del descenso durante el tramo final de la temporada; pero llegó a una final luego de 60 años y no va a rendirse tan fácilmente.
La cita será el Stade de France en Saint Denis, esa belleza que vio los cabezazos de Zinedine Zidane y la interminable escapada de Emanuel Petit para una resonante goleada sobre Brasil que significó el título mundial para los galos. La gloria será para uno solo, al igual que la responsabilidad, ya que París Saint Germain no puede darse el lujo de resignar otro trofeo. Al menos no para Unai Emery, dejó un Seat funcionando en España y se subió a un Peugeot que ya tuvo dos choques.
Dependerá del propio PSG si arranca o no. Angers tiene una ganas bárbaras de tomar el volante y conducir hacia la felicidad.
(Foto: Lg1.fr)