Los vascos se llevaron una “Vitoria” soñada que los llevará al partido de sus vidas ante Barcelona. Los gallegos padecieron la falta de gol en la ida y se quedaron con las manos vacías.
Alavés derrotó 1-0 a Celta de Vigo y esa mínima diferencia lo catapultó hacia la primera final de su historia del torneo de clubes más longevo del fútbol español.
En Mendizorroza hubo un segundo capítulo del duelo de entrenadores argentinos tras el empate sin goles en Balaídos. Mauricio Pellegrino alertó que otra iba a ser la actitud de los vascos ante su gente. Por su parte, Eduardo Berizzo se quedó conforme con el rendimiento mostrado en su casa, donde su equipo mereció el triunfo.
A los 5 minutos se escuchó el primer “uhhh” de las tribunas con un disparo de Deyverson que se fue ancho. Enseguida contestó Celta con una clara chance de Iago Aspas, bien conjurada por Fernando Pacheco (el pobre de Iago no tuvo suerte en casa y parecía que la mala suerte lo perseguía).
Ibai Gómez acercó peligro con un buen tiro libre en el minuto 20, pero la pelota salió apenas desviada junto al ángulo izquierdo de la portería de Sergio Álvarez.
Otra vez el abonado Aspas intentó una vaselina con la pelota picando en la puerta del área y el arquero en retroceso, pero el balón cayó en el techo del arco.
A los 65´ Ibai volvió a la carga con un remate casi en la medialuna del área, pero le salió muy al medio y Álvarez se lo tapó. Un minuto más tarde Deyverson recibió un gran pase de Camarasa y se apuró en la definición, que le salió por un costado. Crecía Alavés y sentía que podía ganarlo.
Y quien rompió los esquemas fue el que se animó. La pelota iba de un lado a otro con rechazos que rayaban la ordinariez, pero Camarasa se tomó un minuto para bajarle el balón a Edgar Méndez. El volante nacido en Arafo (Tenerife) se metió en el área con pelota dominada y tras amagarle a Álvarez definió alto, para sacudir la red gallega y soñar que la final no es chiste.
Pudo sentenciarlo a los 95´ con una larga corrida de Camarasa, pero el joven mediocampista se abatató y Álvarez salvó el segundo gol vasco.
Fiesta total en Mendizorroza para los entrenados por Pellegrino, que tendrán nada menos que a Barcelona en la final. Alavés estuvo muy cerca la gloria continental en ese recordado 4-5 con Liverpool en Dortmund, en la definición de la Copa UEFA versión 2001.
Es otra realidad y otro momento, pero la hazaña hoy se consiguió. Alavés ya se cargó a Barcelona en esta temporada (y en su propia casa). ¿Habrá segunda parte?. Soñar no cuesta nada…
(Foto: Fútbol Mundial)
