Los culés caían en Stamford Bridge ante Chelsea -el brasileño Willian abrió la cuenta-, pero a quince del final apareció Messi para igualar el encuentro, romper su sequía de ocho juegos frente a los Blues y dejar la llave equilibrada de cara a la vuelta en el Camp Nou.
Un duelo con historia volvió a reeditarse en Stamford Bridge esta tarde. Y es que tanto Chelsea como Barcelona se han cruzado varias veces desde el inicio del Siglo XXI, y han dejado buenas jornadas de fútbol, con resultados dispares. La de hoy quizás no fue la mejor, pero tuvo sus condimentos interesantes y, lo mejor, ha mantenido la incertidumbre para el encuentro de vuelta. Antonio Conte no fue tan cauto como suele serlo en partidos grandes y apostó por su habitual 3-4-3, sin tanto mediocampista de corte y, aunque no alineó un delantero de área, dejó arriba a Pedro, Eden Hazard y Willian para explotar espacios a la espalda de la defensa culé. Y los Blues comenzaron bien el duelo, comprometiendo la circulación de pelota de Barcelona e incluso generándole riesgo. Un movedizo Hazard avisó con un disparo lejano y se filtró varias veces para meter un par de centros peligrosos que obligaron a la defensa visitante a estar muy atentos.
Del otro lado, la reacción llegó recién sobre los quince minutos y desde los pies de Lionel Messi: el ’10’ ubicó la llegada por detrás de Paulinho y le puso la pelota en la cabeza, pero la resolución del brasileño fue defectuosa. Desde ese momento el cuadro catalán se fue haciendo cada vez más de la pelota, pero le costó mucho generar peligro ante un elenco londinense muy concentrado en tareas defensivas -N’Golo Kanté y César Azpilicueta sobresalieron en esa faceta-. Además de reducir el volumen futbolístico rival, Chelsea empezó a encontrar espacios para pegar y estuvo a punto de ponerse en ventaja. Pasada la media hora, Willian recibió en tres cuartos y tras sacarse de encima a Sergio Busquets sacó un derechazo combado directo al poste de un Marc-André Ter Stegen ya vencido. El brasileño, que ya había tomado la posta del ataque blue, volvió a estremecer a la visita poco después al tomar un balón suelto en la medialuna y nuevamente rematar al poste. Los de Conte se fueron al descanso con la sensación de que estaban mejor en el partido.
La segunda mitad continuó costándole a Barcelona por la intensidad que Chelsea propuso para defender en su campo. Andrés Iniesta rara vez pudo conectarse con un Messi que intentó mucho pero su influencia fue reducida a causa de la reducción de opciones que planteó el local. Las subidas de los laterales no resultaron productivas como suelen serlo -sobre todo la de Jordi Alba- y ni Paulinho ni Ivan Rakitić lograron acompañar a los de arriba con algún movimiento que rompa el entramado de los de Conte, que sin embargo tampoco pudieron poner a correr a sus ‘rapiditos’ ofensivos para generar contragolpes en esos primeros quince minutos del complemento. Dentro de ese incómodo contexto los más talentosos igualmente se las arreglaron para dejar algún destello, como lo fue la conexión entre Iniesta y Luis Suárez que culminó con un disparo raso del uruguayo tapado muy bien por Thibaut Courtois. No obstante, poco más que eso se pudo ver en el ataque de Barcelona, que encima iba a recibir un mazazo en la primera aproximación de Chelsea en el complemento. Tras sacar un córner en corto, Hazard encontró -otra vez- a Willian en la medialuna y el extremo paulista no perdonó en esta: toque cortito para armar el tiro seguido de un derechazo colocado quirúrgicamente junto al poste izquierdo de Ter Stegen.
Lo que vino después no hacía pensar en cómo se terminó desarrollando el partido, porque si bien no se vio a un Barcelona resignado o falto de actitud, el partido siguió presentándole a un rival completamente enfocado en repeler sus intentos de ataque que además ahora estaba encontrando mayores espacios para contragolpear. Sin embargo, esos huecos no fueron transformados en peligro por Hazard ni Willian -los más buscados- y al plan aplicado de Chelsea le llegó un error, que resultó determinante. A quince minutos del final, Andreas Christensen dio un mal pase en la salida, Iniesta lo interceptó y vio por el centro a un tal Messi, que ajustició a Courtois para igualar el duelo y romper su ‘maleficio’ de no haberle marcado nunca a los Blues, llegando así a la colosal cifra de 101 goles por Champions. El último cuarto de hora de juego se disputó pensando más en los próximos noventa minutos, y si bien Chelsea salió un poco más en busca de un segundo gol ante un Barcelona todavía espeso, ninguno de los dos terminó de convencerse de ir a fondo a riesgo de recibir un tanto que los condicione de cara a la vuelta. Fue 1-1 en el Bridge, lo que representa una leve ventaja para los de Ernesto Valverde teniendo en cuenta la localía, aunque no podrán descuidarse de unos Blues que saben que cualquiera sea su plan en el Camp Nou, deberán volver a ejecutarlo tan aplicadamente como lo hicieron hoy. Serie más que abierta.
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