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Belgrado: un nodo de política, conflictos y fútbol

Europa del Este es un territorio que a lo largo de la historia ha sido marcado a fuego por los enfrentamientos. Desde la era antigua hasta la contemporánea, las guerras han sido un común denominador por aquellos lares. Una ciudad que puede dar fe de eso es Belgrado, que ha vivido por sus calles un sinfín de batallas de todo tipo, yendo desde la política y la religión hasta el fútbol.

Actualmente, Belgrado es la capital y ciudad más poblada e importante de Serbia. Con alrededor de dos millones de habitantes -que representan a más del 20% de la población del país-, se encuentra ubicada en el centro de toda la superficie nacional, hecho que la convierte en trascendental para Serbia ya que allí confluye la política, la economía y la cultura.

Vista nocturna de la Iglesia de San Sava. Foto: Vladimir Nenezić.

Pero Belgrado no es sólo Serbia, sino que tiene una larga historia por detrás. Serbia se constituyó como nación recién en 2006 tras la independencia de Montenegro, con quien antes conformaba el Estado llamado Serbia y Montenegro. De todas formas, si nos remontamos más atrás en el tiempo, hay que destacar que Belgrado perteneció a la también extinta Yugoslavia.

Tanto de Serbia y Montenegro como de Yugoslavia, Belgrado fue su capital y ciudad más importante. Su ubicación -en la confluencia de dos importantes ríos como lo son el Sava y el Danubio– le confirió siempre un papel protagónico en todos los Estados de los cuales formó parte, y ya desde la antigüedad los imperios más poderosos combatieron para tenerla bajo sus dominios.

Belgrado, que etimológicamente significa “Ciudad blanca”, tiene como factores claves para su economía la agricultura y sobre todo la industria, pero no así el turismo. Como suele suceder con muchos países de Europa Oriental, Serbia no es uno de los destinos más visitados del continente, pero a pesar de ello Belgrado tiene condiciones que la hacen por demás interesante y ecléctica.

El imponente Antiguo Palacio Real, hoy en día sede de la Asamblea de Belgrado. Foto: Steden Trips.

Por un lado, la arquitectura de sus iglesias. En Serbia la religión predominante es el catolicismo ortodoxo y hay varios exponentes arquitectónicos que resaltan allí, como la Catedral del Arcángel San Miguel, la Iglesia de San Marcos o la Iglesia de San Sava. Todos ellos son puntos obligados de visita en la ciudad, que al igual que en el resto del país se vive muy intensamente la religión, que ha sido uno de los tantos motivos de conflicto con sus vecinos eslavos.

Como recordatorio de que políticamente Serbia ha sufrido diversos y violentos cambios, en Belgrado se encuentran dos edificios gubernamentales que dan prueba de eso. Uno es el Antiguo Palacio Real, que fue la primera residencia de la realeza serbia, que al momento de su construcción estuvo en poder de la dinastía Obrenović; el otro es el Nuevo Palacio Real, que fue construido para la siguiente dinastía, la Casa Real de Karađorđević.

Además, continuando por el sendero político, Belgrado cuenta con la Casa de las Flores. Este edificio es el mausoleo en el cual yacen los restos del mariscal Jozip Broz, más conocido como “Tito”, quien fue un militar croata que conformó la segunda Yugoslavia –una república socialista- y que logró transitoriamente la unión de pueblos eslavos con idiosincrasias completamente diferentes.

La Casa de las Flores, el mauselo del mariscal “Tito”. Foto: Dreamstime.

Belgrado es multifacética, y todos pueden encontrar allí algo que los apasione. Incluso los futboleros de pura cepa, que hallarán en la capital serbia una de las rivalidades futbolísticas más importantes del mundo: la que tienen Estrella Roja y Partizán, los clubes grandes y más ganadores del país, que también tuvieron gran relevancia en la desaparecida Yugoslavia. Ellos conforman el clásico conocido como Derbi Eterno.

Ambas instituciones nacieron en 1945, cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial y se conformó la República Federativa Socialista de Yugoslavia, que sucedió al Reino de Yugoslavia. El primer cruce entre ambos tuvo lugar en 1947, con victoria de Estrella Roja por 4-3. A partir de allí, y a pesar de los cambios políticos que atravesó Serbia, se enfrentaron ininterrumpidamente hasta el día de hoy, con una clara supremacía de Estrella Roja, que aventaja a Partizán por 24 triunfos en el historial.

De todas formas, las diferencias entre ambos trascienden lo deportivo y llegan -no podía ser de otra manera- hasta lo político. Estrella Roja está identificada con los sectores más nacionalistas de Serbia, aquellos que estaban en contra de la inclusión en Yugoslavia. En la vereda opuesta se encuentra Partizán, que fue fundado por integrantes del ejército yugoslavo, cuyo apoyo era absoluto para la nueva república, que incluía a serbios, croatas, eslovenos, bosnios, montenegrinos y macedonios.

El Derbi Eterno entre Estrella Roja y Partizán, disputado en el Marakana. Foto: Getty Images.

Como suele ocurrir cuando la rivalidad va más allá del deporte, en cada partido en el cual estos equipos se cruzan, se producen graves incidentes que generalmente terminan con heridos y destrozos alrededor de toda la ciudad. Los barrabravas del Estrella Roja –Delije– y los del Partizán –Grobari– son reconocidos por lo violentos que son en sus enfrentamientos, que además pueden generarse cuando ambos equipos juegan de local el mismo día, ya que sus estadios están separados por tan sólo un kilómetro.

Si de estadios se habla, no hay que pasar por alto el Marakana. Así se conoce al Estadio Rajko Mitić, propiedad del Estrella Roja, debido a su estructura redonda similar al mítico Maracaná brasileño. Inaugurado en 1963 y con capacidad para poco más de 55 mil espectadores, este recinto es reconocido mundialmente por el ambiente que se genera cada vez que el dueño de casa juega allí, y además por el escalofriante túnel que los jugadores recorren para llegar al campo de juego, en el cual pueden verse gran cantidad de grafitis en las paredes, que lucen casi iguales a como lucían en su inauguración.

En relación a lo estrictamente deportivo, ambos son los dominadores de los torneos domésticos casi con exclusividad. Contando las competencias realizadas en Yugoslavia y en Serbia y Montenegro, sumadas a las de la actual Superliga de Serbia, Estrella Roja ha conquistado un total de 28 ligas y 24 copas nacionales, mientras que el Partizán ha levantado 27 ligas y 15 copas nacionales. Un monopolio muy importante, que sólo fue superado en pocas ocasiones por otros clubes.

En el plano internacional, sólo Estrella Roja ha alcanzado el éxito. En 1991 conquistó la Liga de Campeones tras vencer por penales al Olympique de Marsella, luego de haber empatado 0-0 durante el tiempo reglamentario. Ese mismo año, le ganó 3-0 a Colo Colo -que se había proclamado como campeón de la Copa Libertadores- en Tokio y se quedó con la Copa Intercontinental, un logro que ningún otro club de Europa del Este ha conseguido.

Historia, política, religión, cultura, deporte. Todas esas cosas tiene Belgrado. Desde la Plaza de la República hasta la transitada calle Knez Mihailova, pasando por los antiguos e imponentes palacios gubernamentales, las coloridas iglesias y los fervorosos estadios donde el fútbol se encarga de reunir todas esas caras que la ciudad posee.

Imagen destacada: Vladimir Nenezić

Martín Bugliavaz

Periodista. Me gusta contar historias.
Llegué al Rincón con el objetivo de comunicar con responsabilidad y también para aportar una mirada diferente del fútbol, con la cultura como pilar fundamental.

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