Liga Española

Barcelona sigue imparable hacia el título, con un Messi magnánimo

Cambió el año pero todo sigue igual: los “Culés” en la cima y rumbo a la consagración, con viento a favor. En su partido número 400, Lionel consiguió 365 goles e igualó el récord de Gerd Müller, como máximo artillero en un solo país de las grandes ligas.

Barcelona goleó 3-0 a Levante en el Camp Nou y continúa con su ritmo liguero arrollador. Como si no hubiese bastado que el regalo de Navidad haya sido la paliza en la casa de su archirrival, hoy los catalanes repitieron marcador y – de yapa – le sacaron más ventaja a los “Merengues”.

Poco duró la resistencia de los “Azulones” (hoy más parecidos al Badajoz por su vestimenta), ya que en 12 minutos de partido los locales quebraron el cero. Un tal Lionel Messi recibió un balón casi en la puerta del área y habilitó por izquierda a Jordi Alba, su mejor socio para construir juego y goles. El lateral ex Valencia le bajó la pelota de cabeza al rosarino, quien no le entró del todo bien al balón, pero alcanzó para que mansamente se dirigiera al fondo de la red, tras pegar en el poste izquierdo del arco defendido por Oier.

Luis Suárez no quiso perderse la fiesta y tuvo 2 situaciones claras para aumentar la diferencia. Primero con un disparo que contó con una gran atajada del portero vasco (en el rebote un defensa le negó el grito a Moussa Dembelé en su regreso a las canchas) y luego al mandar por encima del larguero un envío de Sergi Roberto desde la derecha.

Pero la tercera sería la vencida, ya que el uruguayo también quiso redondear sus cifras y consiguió su gol número 400 como profesional. A los 38´, un pelotazo largo de Javier Mascherano buscó la proyección de SR20 (les encanta a los catalanes mofarse de Sergio Ramos para referirse a Sergi Roberto). Pase al medio para Suárez y Luisito ensayó una magnífica volea, para estirar la ventaja a 2.

Ya en el tercer minuto de adición, se completó la tarjeta goleadora del Mercosur con el aporte de Paulinho: el infaltable gol del brasileño sobre el final ya es un clásico de esta Liga y el nacido en San Pablo solamente tuvo que empujar al fondo de la red una colosal jugada de Messi, quien juntó rivales por la izquierda y soltó justo la pelota para la entrada del ex Guangzhou Evergrande chino.

Son 16 los puntos de ventaja sobre su principal enemigo, que no da pie con bola en el ámbito doméstico y ya deja vacante el trono de campeón de Liga.

Es que Real Madrid apenas empató 2-2 ante Celta en su visita a Balaídos y acumula 4 juegos sin ganar fuera de casa por el campeonato. Pareciera lejana la consagración en el Mundial de Clubes para los de Zizou, que acumularon 5 títulos durante el año pasado pero que ahora ya deben resignar el torneo local.

A los 33´ quien gozó de buena salud fue el equipo gallego y no fue chiste. Iago Aspas lo vio bien ubicado por derecha a Daniel Wass, quien escapó al control de la defensa “merengue”. El danés vio que Keylor Navas estaba un tanto adelantado y se animó a una preciosa vaselina, para definir con categoría e inaugurar el marcador.

Sin embargo, los capitalinos no se amedrentaron y en 2 minutos dieron vuelta la historia, cortesía de Gareth Bale. A los 36´, el galés recibió un quirúrgico pase de Toni Kroos y se anticipó a la salida del arquero Rubén Blanco. Y 2 minutos más tarde, aprovechó una cesión de Isco para el 2-1 parcial.

Los de Vigo pudieron empatarlo a los 72´, cuando Iago Aspas dispuso de un penal cometido por Keylor Navas, en una salida apresurada. Pero el guardavallas “tico” enmendó su error con una gran parada, aunque se notó claramente que se adelantó, digamos todo.

A 8 minutos del epílogo, los de Juan Carlos Unzué al fin pudieron equilibrar la balanza. Jugada combinada entre Maxi Gómez y Daniel Wass, que terminó con un centro desde la derecha por parte del danés para que el uruguayo dijese que sí con la cabeza, todo ante la atenta mirada de una defensa demasiado pasiva.

El único que puede hacerle cosquillas a Barcelona en su perfecto andar liguero es el Atlético Madrid, que se impuso 2-0 a Getafe en el Wanda Metropolitano y es el escolta de los catalanes.

Nueva sensación agridulce para los “Colchoneros”, que celebraron el retorno de Diego Costa a casa y por la Liga, pero que presenciaron una polémica expulsión del hispano-brasileño, segundos después de dejar su sello en la red.

Pero todo comenzó a los 18´, con una buena jugada de Antoine Griezmann, quien le metió un buen pase a Ángel Correa por derecha. El ex San Lorenzo de Almagro definió con el revés del pie diestro y engañó a su compatriota Emiliano Martínez. Lindo gol de Angelito, para sumar confianza.

En el minuto 68 llegó el segundo gol y la bronca local por una expulsión que consideraron injusta. Sime Vrsaljko desbordó por la derecha y puso un centro rasante para la entrada de Diego Costa. El “Lagarto” le dio un pase a la red y se fue a festejar con sus hinchas, más allá de los límites del campo de juego. Pero el colegiado José Munuera decidió mostrarle la tarjeta amarilla (no sabemos si por demorar o actitud antideportiva, razones discutibles para el caso) y como el delantero ya tenía una, se fue expulsado.

Sevilla se vistió de Verde y Blanco, porque el dueño de la ciudad es el Real Betis. En un clásico inolvidable, los de Quique Setién derrotaron 5-3 a los de Vincenzo Montella en el Ramón Sánchez Pizjuán y por primera vez en su historia le cantaron generala a sus rivales en su propia casa.

En 23 segundos de juego, los locales sacaron 2 veces del medio. Es que Joaquín le cedió la pelota a Fabián Ruiz, quien sacó un preciso zurdazo al segundo palo de Sergio Rico, para el primer grito.

El juego aéreo se transformó en el arma principal de Sevilla y fue el único argumento para llevarle peligro al “Verdiblanco”. Wissam Ben Yedder a los 13´ – tras centro de Sergio Escudero – empardó de cabeza y dejó las cosas como al principio.

Otra vez la experiencia de Joaquín dijo presente en la ofensiva de Betis. Otra gran pelota del inoxidable extremo, esta vez para la llegada de Zouhair Feddal, quien estableció el 2-1 parcial.

Sin embargo, los locales cantaron las 40 porque en ese minuto Simone Kjaer estampó la nueva igualdad. Franco Vázquez se la pasó de cabeza al danés, quien completó el axioma de “2 cabezazos en el área, es gol”, para el vibrante 2-2 parcial.

Pero en 2 minutos, la emoción se vivió a flor de piel, porque el visitante sacó una inesperada ventaja de 2 goles. A los 63´, un perfecto arresto individual del argelino Ryad Boudebouz concluyó con la definición del danés Riza Durmisi. En el medio, Steven N´Zonzi estrelló un cabezazo en el travesaño y a los 65´, Sergio León puso el 4-2 con un contraataque letal.

Como no era algo para cardíacos, los locales descontaron a los 67′ por intermedio de Clement Lenglet… sí, claro, también mediante un cabezazo (luego de un envío de Nolito).

El reloj marcaba 95 minutos y Sevilla fue a matar o morir por un épico empate. Hasta Sergio Rico buscó ese cabezazo Salvador. Pero Betis tuvo sangre fría y manejo una contra para la estocada final. Cristian Tello corrió con pelota dominada y enfrentó a un Rico que volvía desesperado. Un toque preciso al primer palo terminó con las ilusiones del anfitrión y significó el vertiginoso 5-3 definitivo.

(Foto: SportsCenter)

 

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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