El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol admitió la problemática que puede emerger en la disponibilidad de simpatizantes en cada encuentro del torneo que une a diez naciones. Si persiste la emergencia sanitaria, habría riesgo de postergación.
En el día a día los análisis son exhaustivos y dinámicos. De eso consistirá la candidatura de la República Argentina y Colombia para llevar adelante el certamen del continente que este año no pudo ser organizada por motivos de público conocimiento.
Para el siguiente año se renuevan las expectativas y se vislumbra un panorama con certidumbres en la región. No obstante, la ciencia exacta no parece reflejar las ambiciones de las principales autoridades de Conmebol, quienes en su afán por coronar una nueva cita en la región, evalúan la presencia porcentual de los aficionados en las tribunas.
Tal como sucedió en algunos puntos de Europa, la capacidad de 30% de los estadios, es la única vía de conformación hasta que se anuncie la curación por medio de las múltiples dosis de vacuna.
El mientras tanto es irremediable, y si todo contradice el optimismo de los directivos, podría redefinirse las fechas estimadas para la competencia.
Comunicado con Radio Colonia, el principal directivo del organismo aclaró: “Tenemos que hacer una autocrítica. Nos quedamos muy lejos de Europa. Obviamente nos falta el retorno del público, pero es para destacar que trabajamos desde la suspensión del fútbol en marzo”.
El campeonato de naciones, tiende a ser analizado en su efecto económico: “Es un torneo que depende de los ingresos, sino es imposible. Estamos atados a la venta de entradas. La Copa América, en Argentina y Colombia dependerá del público en los estadios”.
Autor: Gabriel Vázquez
Foto: Conmebol
