África

África Mía: “El Carnicero de Kampala”

Las antiguas creencias inspiradas en brujería y magia negra sostenían que la mutilación y el canibalismo eran el elixir de la inmortalidad. El ritual de cercenar miembros de los enemigos e ingerir sus órganos (especialmente el corazón) le daba el carácter de invencible a cualquier guerrero. Creencias que encierran mitos, pero que han mostrado ese lado oscuro y siniestro a lo largo de la historia.

Idi Amin fue uno de los más sangrientos dictadores que habitaron el “Continente Negro”.  Gobernó Uganda desde 1971 hasta 1979. Admirador de Hitler y declarado enemigo de los judíos, Amin instaló un régimen basado en la persecución étnica, el abuso de los derechos humanos y la aniquilación de los enemigos. Sumado a una pésima gestión económica, el destino de Uganda estaría marcado a sangre, fuego y miseria.

“Me gusta la carne humana porque es más salada y más blanda que la animal. En un banquete, es lo que más extraño cuando estoy fuera de mi país”, decía Amin con total soltura. La crueldad extrema era su forma de ser. Se transmitían en vivo por televisión las ejecuciones de sus enemigos, a quienes obligaba a vestir de blanco “para hace más explícito el derramamiento de sangre”. No conforme con esto, desmembraba sus cuerpos y devoraba sus vísceras.

Paranoico y megalómano, Idi Amin era tan fanático de Hitler que llegó a decirle en una carta a la primera ministra israelí, Golda Meir, que “lamentaba que el Führer no hubiese exterminado a todos los judíos”. Con el temor permanente de operaciones extranjeras en su contra, decidió expulsar a los ciudadanos asiáticos residentes en Uganda.

En 1976, el gobierno de Amin sufrió un duro revés con la denominada “Operación Entebbe”. Un avión de Air France con 248 pasajeros que despegó de Atenas con destino a París, fue secuestrado por terroristas palestinos y terminó en el aeropuerto de Entebbe, Uganda. Se exigía la liberación de palestinos detenidos en Israel, Kenia, Francia, Suiza y Alemania. De no satisfacer con sus demandas, irían ejecutando a los rehenes uno por uno.

El rescate, también conocido como “Operación Trueno”, duró 53 minutos y tuvo como saldo la muerte de todos los secuestradores, 3 rehenes y 45 soldados ugandeses. Una cuarta rehén, la británica (pero de origen judío) Dora Bloch fue herida y llevada a un hospital de Kampala. Pero sería asesinada por orden del propio Amin. La consecuencia inmediata fue la condena mundial hacia Uganda y el apoyo unánime para Israel.

Elegido como el organizador de la undécima Copa de Naciones, Ghana le abrió sus puertas al fútbol africano en 1978. El seleccionado local buscaba el tercer título de su historia y tuvo en el partido decisivo a un rival inesperado: la selección de Uganda.

Conocida como las “Grullas”, símbolo de prudencia y vigilancia en la antigüedad, Uganda sorprendió a todos cuando alcanzó la final. Sin embargo, fueron las “Estrellas Negras” quienes se quedaron con el título, luego de vencer por 2-0. Para Uganda sería el punto máximo de su historia futbolística, ya que nunca se clasificó para un Mundial ni tampoco para los Juegos Olímpicos.

Pero el destino cruzó a las “Grullas” con la Argentina. Pedro Pablo Pasculli fue el entrenador del seleccionado durante el año 2003. Y fue un ugandés,  Ibrahim Sekagya, quien dejó su marca en nuestro país. No solamente fue el primero (y hasta ahora el único) futbolista de esa nacionalidad que jugó en la Argentina, sino que también tuvo su noche de gloria ante River Plate: vistiendo la camiseta de Arsenal de Sarandí convirtió de cabeza el gol que significó el triunfo 1-0 y que – además – fue el tanto número 80 mil en la historia del profesionalismo argentino.

Las “Grullas” de Uganda, inesperados finalistas de la Copa Africana de Nacioens 1978 (Foto: Daily Monitor)

Cuenta la leyenda que en la zona de los Grandes Lagos, comprendida entre los Estados Unidos y Canadá,  habitaba un espíritu maligno. Era como el viento entre los árboles y llamaba a sus víctimas por su nombre. Estas se perdían en la inmensidad del bosque y regresaban con el irrefrenable deseo de alimentarse de carne humana. Conocido como “Wendigo”, el mito acerca de ese espíritu con aspecto humanoide (algunos llegaron a decir que tenía la misma forma que el “Sasquatch”), justificaba los casos de canibalismo, quizás por el duro invierno del norte de América. Y qué decir de la “Tragedia de los Andes”, en 1972, cuando los sobrevivientes del accidente aéreo estuvieron 72 días en condiciones infrahumanas y en un lugar inhóspito, pero con la misión de salir con vida de una situación límite. El tema tabú se termina porque la naturaleza humana siempre tiende a la supervivencia, sin importar los medios. Pero se hace por extrema necesidad y jamás por puro placer.

Idi Amin pudo exiliarse en Arabia Saudita. No fue juzgado por sus atrocidades ni jamás pisó una cárcel. No en vano, una de las últimas entrevistas que concedió se conoció como “Hablando con el diablo”. A la pregunta de “¿se arrepiente de algo?”, la respuesta de Amin fue tan escalofriante como su reinado del terror: –“No, simplemente siento nostalgia”.

(Foto Principal: sporcle.com)

 

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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