Nicolás Navarro ya tiene arreglada la rescisión de su vinculo con San Lorenzo. El arquero, con contrato por un año más, estaba marginado desde enero. Resta saber qué pasará con Sebastián Vergini y Ezequiel Cerutti.
En los clubes argentinos se vive una época de ajuste. El Covid 19 agravó la ya de por si complicada situación económica de las instituciones. Gastó que se puede evitar, gasto que se va a recortar. San Lorenzo no es una excepción a esta situación y está a punto de dar de baja uno de los contratos mas altos que tenía.
Es que Nicolás Navarro arregló de palabra su desvinculación del CASLA. El arquero estaba marginado del plantel desde comienzos de año por decisión conjunta de la dirigencia y del por entonces DT Diego Monarriz. Sin lugar en el primer equipo, Navarro venía entrenando diferenciado pero seguía manteniendo su contrato (con vigencia hasta junio de 2021).
Pero el martes ambas partes llegaron a un entendimiento al que solo le falta la firma. Hubo acuerdo para la financiación de la deuda que el Ciclón mantiene con el arquero y este se marchara con el pase en su poder.
Navarro había regresado en junio de 2019 (tras estar seis meses en México) al Azulgrana, pero no pudo mostrar su mejor nivel e incluso fue el apuntado por los hinchas en la derrota ante Defensa y Justicia, que marcó el fin del ciclo de Juan Antonio Pizzi.
Desde enero, la historia conocida: Nicolás Navarro marginado del plantel a lo igual que Sebastián Vergini y Ezequiel Cerutti. Estos dos son los que desde Boedo se apunta a negociar una desvinculación. Si bien el central volvió a estar en consideración por la seguidilla de lesiones que afectaron a la defensa, la idea es que no siga. Lo mismo sucede con el delantero y por lo tanto habrá que esperar novedades.
Imagen destacada: El Heraldo