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Un Franco arrepentimiento

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TORNEO FEDERAL B
Independiente de Puerto San Julián

El fútbol tiene historias, grandes historias que, a veces, quedan en un lugar pequeño del que no logran trascender. Cuando esto sucede, existe la posibilidad de brindar un camino por el cual esas historias puedan mostrarse y demostrar que no siempre algo que resultó malo fue hecho adrede, con la intención de herir a otro. Existen casos como el de Federico Franco quien por intentar hacer su trabajo, tuvo la mala suerte de lesionar a un amigo.

El 6 de agosto de 2017 se jugó un partido que correspondía a la cuarta fecha de la Zona A de la Región Patagónica del Federal B. En ese encuentro disputado entre el Club Victoria de Río Grande (Ushuaia) e Independiente de Puerto San Julián (Santa Cruz), pasó algo que lo tornará imborrable para al menos dos personas: se jugaban 47 minutos del segundo tiempo, Victoria ganaba 3 a 0 e iba en busca de la cuarta conquista. Federico Franco, defensor de los santacruceños, veía como su gran amigo Julio Mereles hacía una pared con un compañero y se metía al área para recibir la devolución y quedar mano a mano con el arquero. Federico jamás imaginó que por defender su propia valla terminaría lesionando a Julio, pero eso fue lo que pasó.

VICTORIA. Federico durante su etapa en el azulgrana de Río Grande. (F. Franco)

“Hasta el día de hoy tengo esa espina y no me lo voy a poder sacar. Fue una jugada desafortunada, lo quise asustar para que no fuera a buscar la pelota, pero no debí haberme tirado. El partido prácticamente estaba terminado y ellos nos iban ganando bien. Nunca imaginé que esa reacción desembocaría una desgracia: daría la vida por no haberlo hecho” – cuenta sinceramente arrepentido el defensor oriundo de Formosa – “Daría lo que fuera por cambiar todo y verlo a Julio dentro de la cancha, haciendo lo que siempre quiso que es jugar al fútbol…”

CAMIONEROS. Federico también tuvo su paso por el verde riograndense. (F. Franco)

Aquel domingo desembocó en muchas cosas; la lesión de Julio Mereles (fractura de peroné y luxación de tobillo) llevará entre ocho meses a un año de recuperación y el diagnóstico médico dice que no podrá volver a jugar; que su pierna no va a quedar al cien por ciento.
Es una pesada cruz la que carga Federico desde entonces, una que se sumó a varias más de índole personal y que lo llevaron a alejarse del plantel de Independiente. No fue sólo esa jugada desafortunada, algunas diferencias de criterio con el entrenador del equipo, fueron orillando al defensor hacia la salida y éste tomó la decisión de no batallar, de no seguir nadando contra la corriente. Hoy juega el Federal C dentro del Club Piedrabuena y al menos está más tranquilo en ese ámbito. También trabaja de albañil y disfruta de su pareja, pero lo que pasó con Julio no lo deja en paz, lo acecha y Federico Franco sólo quiere hacer saber que en él jamás primó una mala intención. “Somos amigos desde chicos, cuando jugábamos juntos en Formosa. Después cada uno hizo su vida y nos reencontramos en Río Grande, quince años más tarde. Seguimos siendo amigos y jugando al fútbol. Durante nuestra juventud en Formosa pasamos muchas cosas juntos, éramos como hermanos y eso renació cuando nos volvimos a ver en Ushuaia” – recuerda emocionado – “Verlo en la cama con un yeso me genera mucha bronca, me dan ganas de llorar, de abrazarlo, darle todo lo que necesite… Julio sabe que no lo hice de mala leche; es la primera vez que vivo una situación así en mi carrera y va a ser una marca que dudo pueda olvidar con facilidad”.

PRESENTE. Argentino del Sud, el equipo de Piedrabuena, donde Federico disputa el Torneo Federal C. (F. Franco)

El fútbol es un mundo complejo y en las categorías de ascenso, sobre todo en las del interior, muchas veces no existen voces fuertes, que sean realmente escuchadas. Entonces, cuando sucede algo como lo que pasó con Federico y Julio, no siempre aparecen oportunidades de escuchar las dos campanas: casos y jugadas como las de aquel 6 de agosto, fugazmente pueden aparecer en algún noticiero y, en la mayoría de las ocasiones, no es más que eso; una breve imagen en la televisión. Nada más lejano de lo que realmente se vive y se siente: Franco y Mereles no son los mismos desde entonces. Y en el caso del defensor, priman el arrepentimiento, la culpa y los fuertes deseos de ayudar a su amigo en lo que sea, como se pueda.

Hoy la vida de Federico es otra, ya no juega en Independiente y vive en Comandante Piedrabuena; juega el Federal C y para sobrevivir trabaja de albañil en una constructora. Sus días transcurren entre su labor, los entrenamientos y los recuerdos. Sueña con poder volver a su Formosa natal y ser técnico del club de sus amores “Fátima”. En su voz se puede sentir cómo la esperanza de estar mejor y de progresar le van ganando el partido a la tristeza y por más que aquella jugada desafortunada del 6 de agosto de 2017 continúe pesando en su espalda, Federico tiene fe que todo va a salir bien para él y para Julio Mereles.

El tiempo curará heridas, rehabilitará lesiones y dirá cómo sigue la historia para estos dos amigos, porque siguen siendo amigos, eso los saben ambos y es una amistad tan fuerte, con tantos recuerdos hermosos compartidos que ni una jugada desafortunada, ni una lesión deportiva podrán romper.

 

FOTOS:
Gentileza de Federico Franco

 

 

 

Maru Burak

Nací un lluvioso lunes 12 de julio de 1982 y según mi DNI me llamo María Clarisa Burak, pero soy simplemente Maru. En 2005 dejé mi natal Provincia de Buenos Aires y me vine a Córdoba, donde resido desde entonces.
Por hobbie hago música, canto e intento bailar, pero mi vocación es, fue y siempre será el periodismo.
Me sumé a "El Rincón del Fútbol" en febrero de 2017 y espero mantenerme acá mucho, pero mucho tiempo: no es usual encontrarse a una manga de loquitos igual de fanáticos que yo. Aunque todos los deportes me atraen, el fútbol tiene ese no se qué, ese encanto que me aprisiona.
En El Rincón cubro "Le Championnat", es decir la Liga de Primera División de Francia y a la Selección Argentina, tanto en masculino como en femenino. También me sumo al grupo de Champions y Europa League, porque Schiavi no puede solo con todo...

Deseo que el futuro me encuentre dedicada a mi vocación y que pueda desarrollarla con criterio y profesionalismo.
Soy MESSIsta, BANINIsta, fan de Aldana Cometti, soñadora e ideologista, del deporte y de la vida.
Sólo resta decir... ¡Pero qué viva el fútbol!

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